El Centro Penitenciario de Apodaca, en Nuevo León, fue escenario de un acontecimiento histórico al celebrarse la primera boda penitenciaria igualitaria.
Los protagonistas de esta inusual unión son Jonathan «N», de 25 años, y Pedro «N», de 26 años, quienes formalizaron su compromiso en una emotiva ceremonia dentro del Penal 1 de Apodaca.
La firma legal H&G Abogados desempeñó un papel fundamental al representar a la pareja y colaborar en la realización de esta boda pionera.
Una abogada de la firma resaltó que esta boda marca un importante precedente, ya que es la primera vez que se celebra un matrimonio igualitario entre dos reclusos que cumplen condena en la misma institución penitenciaria.
La firma H&G Abogados compartió en sus plataformas de redes sociales su satisfacción por haber contribuido en este logro.
En colaboración con la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) y el juez de ejecución de sanciones penales, se allanó el camino para permitir que el amor entre personas del mismo sexo prevalezca, incluso detrás de los barrotes.
Jonathan y Pedro habían intentado contraer matrimonio en bodas comunitarias, pero se encontraron con obstáculos legales por tratarse de una pareja del mismo sexo y por ser ambos reclusos en el mismo penal.
En el estado de Nuevo León, las bodas entre personas del mismo sexo han sido legalizadas desde 2019. Aunque anteriormente se habían celebrado bodas igualitarias en el ámbito penitenciario, éstas involucraban a una reclusa y a una persona en libertad en el Penal Femenil.
Con información de Escándala