¿No entendiste el final de ‘El Hoyo’? Aquí la explicación
El estreno de El hoyo en Netflix ha tenido mucho éxito y ha causado conmoción entre quienes han visto la película y se preguntan lo que realmente significa la cinta española.
La ópera prima de Galder Gaztelu-Urrutia hizo historia al convertirse en la primera producción española que es la película más vista de la plataforma en territorio norteamericano
Sin embargo, para quienes la han visto una de las cosas que más ha causado dudas e interpretaciones es el final.
Es por esto que el director ha querido explicar sus intenciones con ese desenlace tan ambiguo.
El filme es una distopía piramidal, en la que una serie de personas son encerradas en diferentes niveles y todas deben compartir el alimento, lo que implica que aquellas que estén en las primeras plantas abarcan con casi toda la comida, mientras que los que están en los pisos más bajos se quedan sin nada, fomentando un sistema en el que los que están más abajo acaban sucumbiendo a sus instintos más básicos. Además de ser un círculo vicioso, ya que los cautivos cambian de nivel al azar de forma mensual.
ATENCIÓN: ESTA NOTA CONTIENE SPOILERS
Su final es lo suficientemente abierto para dejar varias interpretaciones, la más optimista es en la que el protagonista, Goreng (Iván Massagué), ayudado por Baharat (Emilio Buale), consiguen que una niña, la hija de Miharu (Alexandra Masangkay), que está escondida en el nivel más bajo de todos y aparentemente bien de salud, logre subir al nivel 0. Ella se convierte en el «mensaje».
Esto se ha interpretado como la forma en la que son las nuevas generaciones las que tienen la oportunidad de cambiar ese sistema desigual. Sin embargo, Gaztelu-Urrutia lo plantea desde una mirada diferente.
«Para mí este nivel más bajo no existe. Goreng está muerto antes de llegar y eso es solo su interpretación de lo que sintió que tenía que hacer», ha declarado en una extensa entrevista para Digital Spy.
Aunque puede percibirse una dura crítica al sistema capitalista, el realizador no ha querido confirmar, como tampoco desmentir, que esa sea la interpretación correcta.
«Realmente, creemos que puede haber una mejor distribución de la riqueza, pero la cinta no trata estrictamente del capitalismo. Puede haber una crítica al capitalismo desde el inicio, pero mostramos que tan pronto Goreng y Baharat prueban el socialismo, intentando convencer a los otros prisioneros de compartir voluntariamente su comida, acaban matando a la mitad de esas personas, a las que se supone que deben ayudar. Al final, el problema surge cuando intentas exigir la colaboración y ver que no hay grandes logros. Goreng hace lo que se propuso hacer, llevar la panna cotta al nivel más bajo, pero no cambió sobre su opinión de compartir el resto de la comida», añadió.
Finalmente, el cineasta deja que el público sea el que interprete el final como mejor considere, algo evidente al ser tan ambiguo.
«Quería que estuviese abierto a que se interpretase de múltiples formas, si el plan funcionó y los que están en el nivel más superior llegan a preocuparse de lo que sucede en el hoyo incluso. Realmente rodamos un desenlace diferente al que se ve, pero decidimos descartarlo», detalló.












