Fue la última de sus ocurrencias y tal vez la más indignante.
Con la presencia de Enrique Peña Nieto, Rafael Moreno Valle se despidió de su ignominoso sexenio con la inauguración del Tren Puebla-Cholula en enero de 2017.
Más de 58.8 millones costó cada kilómetro de los 17.2 que el llamado “Tren Ligero Puebla-Cholula” recorrería por los municipios de Puebla, San Andrés Cholula, Cuautlancingo y San Pedro Cholula.
La cifra de mil millones de pesos invertidos por los gobiernos federal y estatal de Enrique Peña Nieto y de Rafael Moreno Valle era un insulto para el cuarto estado más pobre del país.
Un verdadero monumento a la corrupción y la insensatez de nuestros gobernantes.
“El nuevo tren turístico Puebla-Cholula es el proyecto más importante de transporte urbano del estado”, con esa desfachatez el expriista se despidió del gobierno que hipotecó a la entidad poblana por los próximos 30 años.
De acuerdo con el certero periodista Jorge Castillo en un reportaje publicado en Intolerancia Diario en julio de 2019, el gobierno del estado recuperaría la inversión hecha para la chatarra antes mencionada hasta el año 2521
“Desde su instalación, está atracción ha dejado ganancias de 5 mil 800 pesos diarios en promedio, sin contar gastos de mantenimiento”, exhibe de manera brillante la nota bajo el título “Tren turístico se pagará en 525 años: emblema del fracaso morenovalllista”.
De ese tamaño fue el descaro de la administración de Moreno Valle.
Ahora que está tan de moda recoger el cascajo morenovallista, ese grupúsculo de huérfanos y viudas que dejó con su muerte Rafael Moreno Valle y que busca resurgir en el 2024, alguno de los aspirantes a abanderar a Morena en las elecciones del próximo año bien haría también en animarse a comprar el inservible y onerosísimo Tren Turístico Puebla-Cholula.
¿Qué uso se le pude dar a la chatarra inservible que nació de una de las muchas ocurrencias del fallecido exgobernador?
Además de inútil y poco redituable, el vehículo, que apenas estuvo en circulación por unos meses, fue la ejemplificación perfecta del modelo de negocios que endeudó a Puebla para financiar las ambiciones desmedidas de poder de un megalómano que soñó algún día con portar la banda presidencial y sentarse en la Silla del Águila.
El anuncio hecho por el gobernador Sergio Salomón Céspedes de poner a la venta el Tren Puebla-Cholula es un acierto por dónde quiera que se le vea.
El mandatario poblano, con cifras de por medio, explicó que el próximo lunes el Instituto de Administración y Avalúos de Bienes Nacional iniciará el proceso de avalúo del Tren Turístico Puebla-Cholula.
Las palabras de Céspedes Peregrina fueron contundentes:
“Que lo puedan avaluar y en su momento poder tomar decisiones, hoy (los recursos) son requeridos en muchas otras partes, y tratar de generar una oferta que no le siga causando daño al erario público”.
No solo eso, el gobernador detalló los altísimos costos que para la administración estatal han representado el mantenimiento y operación del Tren Turístico, pues tanto solo del 2016 al 2021, se han erogado 344 millones 240 mil 973 pesos.
Cientos de millones de pesos que bien se pudieron ocupar en otros rubros como bienestar, seguridad o salud.
Ahí está el impresentable legado de Moreno Valle.
En poco más de seis años, el gobierno apenas pudo recuperar 4 millones 933 mil 855 pesos de los mil millones invertidos.
El subsidio ha sido del 98.6 por ciento y ello significa un daño sustancial para el erario, además que es imposible mantenerlo.
Ponerlo a la venta sería la mejor salida para el gobierno de Sergio Salómon. Poner otra vez en circulación la ocurrencia de Rafael le 36 millones de pesos anuales a los poblanos y dejarlo corroerse, como sucede ahora, sería una gran pérdida para las arcas estatales.
Este modelo de negocios, al que algunos estultos califican “como el mejor gobierno en la historia de Puebla”, es al que añoran muchas parias que buscan cabida ahora en Morena para regresar a saquear el erario de la entidad.
Sus nombres los conocemos todos, sus antiguos nexos familiares con Moreno Valle y hasta sus íntimas relaciones.
Creen que al vestirse con los colores del partido de López Obrador borrarán sus pasados tan infames.
¿Sin pedir un peso prestado?
Qué pinche cinismo.
