Para entender el proceso de unción de Claudia Sheinbaum como la gran heredera de la llamada Cuarta Transformación hay que analizar de fondo a la figura desde la que gravita todo este movimiento social que sacudió el tablero político de México en el 2018.
Y es que, quién no entienda desde las entrañas todo lo que representa Andrés Manuel López Obrador para este Movimiento no podrá encontrar respuestas para todo lo que vivimos este miércoles durante el proceso interno de Morena, del que salió vencedora Sheinbaum Pardo como no solo la virtual abanderada del partido para los comicios del 2024, también como la futura beneficiaria de la 4T.
Además de estar obsesionado con la historia mexicana y ser parte de ella, López Obrador es un político lleno de rituales, simbolismo y dueño de un gran repertorio de ideales que hasta hoy no ha traicionado.
AMLO quiere que su nombre quede inscrito en las letras de oro de la historia del país como el primer hombre que le entregó a una mujer la banda presidencial de México.
Tan solo basta escuchar a sus más añejos y leales seguidores para conocer de lo que estamos hablando, pues ellos no se refieren como afiliados de Morena, sino, como parte del Movimiento de Andrés Manuel.
Aunque pareciera una situación de semántica, esto no lo es.
Ellos no son militantes de un partido político –en este caso la Regeneración Nacional–, más bien son compañeros del movimiento que encabeza López Obrador.
El nuevo ritual de la herencia lopezobradorista de entregar el “Bastón de Mando de la 4T”, encuentro que se celebró la noche de este jueves, estuvo lleno de simbolismos, mensajes y señales que caracterizan y definen como hombre de poder a Andrés Manuel López Obrador.
Lo mismo sucedió con el proceso interno que culminó la tarde noche del miércoles.
La idea de crear una primera vuelta presidencial –como lo fue la interna morenista, por así llamarlo– le sirvió a AMLO para colocar a cada uno de sus aspirantes en su verdadero sitio de acuerdo con los resultados obtenidos en las encuestas que se levantaron en todo el país.
Es decir, López Obrador podrá negociar, junto con Sheinbaum, con Marcelo Ebrard, si es que este así lo quiere, con Adán Augusto López, con Ricardo Monreal, con Gerardo Fernández Noroña y con Manuel Velasco, según los porcentajes obtenidos en los miles de sondeos que sirvieron para ungir a la exjefa de la Ciudad de México como la candidata morenista.
¿Se imagen a Adán Augusto pidiendo algo más que la dirigencia de Morena o tal vez la presidencia de la Cámara de Diputado después de haber sido superado por Gerardo Fernández Noroña, quien no recurrió ni al dispendio de millones de pesos ni a las bardad ni espectaculares ni a los acarreos como sí lo hizo el otrora poderoso extitular de la Segob?
¿Con qué cara López Hernández podrá negociar la candidatura al gobierno de Puebla para su “hermano” Nacho Mier cuando ambos se hundieron en Puebla en el cuarto sitio de las preferencias?
Como lo mencioné en la entrega anterior de las Historias de un Joven Reportero, Mier Velazco es el gran perdedor en la entidad con la designación de Claudia Shienbuam y no porque el expriista se haya apostado por Adán Augusto López, más bien por lo pírricos y vergonzosos resultados que entregó como la mancuerna del tabasqueño en Puebla.
No veo por ninguna forma cómo Mier pueda continuar con su proyecto político tras desbarrancarse de esta forma tan bochornosa.
El globo de los Morenachos se reventó.
En el otro lado, existen poblanos que demostraron en esta interna que, con trabajo de piso, una buena estrategia territorial y conociendo a los verdaderos líderes regionales de la izquierda local se pueden conseguir buenos resultados.
En primer lugar hay que mencionar al gobernador Sergio Salomón Céspedes, quien fue de los primeros poblanos, desde la era barbosista, en sumarse a Sheinbaum, y hoy está más que consolidada esa alianza.
Con esto, Céspedes Peregrina podrá continuar con su sueño de regresar a gobernar el estado en el 2030 ahora por un sexenio completo, además de contar con derecho de voz, voto y veto en la mesa de negociación de Puebla en el 2024.
Sin lugar a duda, Julio Huerta es el principal ganador con la candidatura de Sheinbaum Pardo, quien junto con sus leales Vianey García y Tonantzin Fernández, llevó a la ahora abanderada de Morena a arrasar en Puebla.
Huerta Gómez se tragó las burlas de Nacho Mier, quien en reiteradas ocasiones dijo –soberbio como lo es– que “no sabía quién era” y otras descalificaciones por parte de alfiles de Ebrard y Adán Augusto de ocupar la estructura del gobierno del estado para favorecer a Claudia, y ahora el exsecretario de Gobernación está en los cuernos de la luna.
Los números otra vez están de lado de Julio Huerta, quien –a diferencia de Nacho Mier– puede presumir sus resultados en la carrera presidencial de Morena como coordinador de Claudia en Puebla.
Otra poblana, cuyos momios están por cielos, es Olivia Salomón, la mujer en la aldea más cercana a Sheinbaum. La secretaria de Economía, en caso de que Morena reserve a Puebla para una mujer, será, no lo tenga duda, la candidata del partido lopezobradorista en el 2024.
Salomón Vivaldo, quien fue de las pocas poblanas en ser invitada a la unción de Sheinbaum en el WTC de la capital del país, fue el enlace con el empresariado de la entidad y de la región que se sumaron a la virtual candidata presidencial de Morena.
La herencia lopezobraodorista del poder, como ha sucedido en el pasado, dejará huérfanos, viudas y nuevos fiduciarios que ahora encabezarán la era claudista en el país.
Lo político ahora será tarea de Sheinbaum y López Obrador, como el mismo lo dijo en la mañanera de este jueves, se dedicará “exclusivamente” a gobernar.
Así o más claro.
Muerto el rey, viva la reina.