No habrá aumento al pasaje del transporte público
Absurdas, por decir lo menos, eran las pretensiones de la mafia de concesionarios del transporte público en Puebla al exigir un aumento del casi cien por ciento a la tarifa del servicio para el próximo año.
Los transportistas, siempre comandados por el chantajista profesional Delfino Reyes, quien en cada fin de sexenio “estira la liga” sin conceder nada a cambio, se quedaron con las manos vacías ante la negativa –ahora oficial y pública– del gobierno de Sergio Salomón Céspedes a aumentar a 19 pesos el pasaje en la entidad.
La tarde de este martes tras una breve reunión que no duró más de dos horas, Javier Aquino, en su calidad de secretario estatal de Gobernación fue el encargado de llevar las fallidas negociaciones con el grupo de transportistas y de dar la noticia sobre la negativa al aumento de la tarifa del transporte público.
Más allá de que esta decisión es un gran acierto político para Céspedes Peregrina y Aquino Limón, pues ceder a los chantajes de los transportistas hubiera sido una losa muy pesada para el gobernador y para el futuro secretario de Bienestar en la administración de Alejandro Armenta, el rechazar el incremento al peaje es un acto de plena justicia y conciencia social.
Me explico.
No creo que exista algún usuario del transporte público en Puebla que considere que este servicio es medianamente bueno y una calidad aceptable, por lo que castigarlos con un aumento a la tarifa hubiera sido un golpe no solo a sus bolsillos, sino también, a su inteligencia.
Y es que los transportistas han encontrado la forma para salirse con la suya al aplazar por años la modernización de sus unidades y no cumplir con el equipamiento de estas para dotar de seguridad a todas las personas que a diario ocupan uno, dos o hasta tres rutas del transporte público en la capital, en la zona metropolitana o al interior del estado.
De hecho, la mayoría de los camiones y combis del transporte público ya son chatarras, que contaminan el medio de ambiente y que por dentro se caen a pedazos, además de que no cuentan las condiciones mínimas necesarias para personas con alguna capacidad diferentes, mujeres embarazadas o adultos mayores.
De un seguro de daños materiales en caso de algún percance con cobertura judicial ni hablamos.
Para muestra un par de botones.
Apenas hace unas semanas dos unidades del transporte público en la Angelópolis terminaron en pérdida total por sendos incendios internos provocados por las pésimas condiciones en que se encontraban.
Afortunadamente, estos percances no cobraron ninguna vida que lamentar, pero los hechos pudieron terminar en una verdadera tragedia.
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¿Qué pasó?
Absolutamente nada.
Al menos de manera oficial, la Secretaría de Movilidad y Transporte no informó sobre alguna sanción en contra de los concesionarios o a la apertura de las respectivas investigaciones para conocer las causas que provocaron los incendios en dichas unidades del transporte público.
Insisto, la negativa al “tarifazo” fue la decisión más acertada basada en el sentido común y en la lógica.
De acuerdo con Javier Aquino, la administración de Céspedes Peregrina, que culmina en poco más de dos semanas, negó categóricamente el aumento al pasaje ante la falta de compromiso, que está a la vista de todos, de los transportistas, quienes en seis años eludieron su compromiso a modernizar y equipar sus unidades luego de que el fallecido exgobernador Miguel Barbosa aprobó el último incremento a la tarifa en el 2019.
El propio titular de la Segob adelantó que le corresponderá al gobierno de Armenta Mier analizar el aumento, que ahora luce más que lejano e imposible.
El pataleo por parte de Reyes Bocardo y su camarilla de secuaces no se hizo esperar.
“La discriminación al transporte tradicional genera que demos un pésimo servicio, genera que las unidades cada vez se hagan más viejas, genera que no pase el último camión después de las 9 de la noche y eso produce inseguridad”, espetó el descarado líder transportista.
Un verdadero sinvergüenza.
El rechazo contundente al “tarifazo” en Puebla es una noticia que celebrar.
También se debe reconocer al gobernador Sergio Salomón y a Javier Aquino por no ceder a los chantajes de los transportistas.
El aumento será viable hasta que el transporte público sea digno en Puebla.
Entiéndalo de una vez.
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