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Armenta, condenado a la suerte de Monreal

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Por: Gerardo Ruiz / @GerardoRuizInc

Sin conocer y mucho menos ver los resultados y consecuencias de la reforma electoral que impulsó en el 2012, el extinto Rafael Moreno Valle cambió de manera permanente las reglas de las elecciones gubernamentales en Puebla.

Con el objetivo principal de arrebatarle al Yunque —ahora de regreso luego del triunfo de Eduardo Rivera el 6 de junio — el control del PAN, la llamada Ley Mondragón, bautizada así por al ‘albazo’ con el que le arrebataron a Juan Carlos Mondragón la dirigencia estatal del partido, no sólo fue un movimiento calculado del morenovallismo para secuestrar al albiazul también fue un capítulo más de su sueño guajiro de ser candidato presidencial.

La reforma electoral morenovallista, además de contener una redistritación para reforzar a los bastiones panistas, también incluyó la creación de un minigobierno de 200 días con el objetivo de empalmar las elecciones estatales con las federales en el 2018.

Ver: Las razones por las que Claudia Rivera está tan enojada

A nivel local, los cambios al Código Estatal de Instituciones y Procesos Electorales funcionaron perfectamente para el oscuro régimen de Rafael Moreno Valle. En los comicios del 2013, el grupo del expriista logró ganar 23 de 26 diputaciones locales y las principales alcaldías de la entidad; para el 2016, el morenovallismo también logró imponerse en la lucha por el gobierno de un año y ocho meses que recayó en Tony Gali.

En la aldea, el plan de Moreno Valle caminó sin contratiempos, pero a nivel nacional, el fallecido exgobernador jamás midió el crecimiento y el alcance que podría tener Andrés Manuel López Obrador en el último proceso presidencial ni mucho menos que Ricardo Anaya se impondría en la contienda interna del PAN por la candidatura al gobierno de la República hace tres años.

La historia la conocemos todos, en los primeros comicios concurrentes en Puebla, el siniestro Moreno Valle tuvo que robarse las elecciones en el estado a través de un fraude contra Miguel Barbosa para imponer a su esposa Martha Erika Alonso en el gobierno del estado.

La reforma impulsada en el 2012 terminó por condenar al morenovallismo.

El juego, como lo mencioné líneas arriba, cambió de manera permanente.

Al hacer concurrentes las elecciones en Puebla, todos los aspirantes al gobierno del estado están supeditados a los candidatos presidenciales de su partido.

Es decir, los suspirantes a suceder a Miguel Barbosa en el 2024 estarán atados a quien resulte postulado por su partido al gobierno federal.

El candidato presidencial del PRIANRD llevará mano en la designación de su abanderado en Puebla, como resulta obvio.

Lo mismo sucederá en Morena.

Ver: ¿Con la dignidad intacta?

A través de sus plumas afines y de sus voceros adictos. Alejandro Armenta ha comenzado a correr la versión de que ya es el único tirador del lopezobradorismo en la entidad tras los resultados de las últimas elecciones.

Armenta Mier cree que al descarrilar a Gabriel Biestro y tras la humillante derrota de Claudia Rivera en los comicios recién concluidos ya no tiene rival en la interna morenista, pues para el ahijado PRIcioso su primo Ignacio Mier no es competencia.

Alejandro, como es su costumbre, subestima a Mier Velasco, quien cuenta con mejores relaciones en la cúpula del Movimiento Regeneración Nacional que el propio Armenta, además de una posición de lujo como presidente de la Cámara de Diputados.

Lo que el marinista también está perdiendo de vista es que su proyecto está condenado a lo que la suerte le depare a Ricardo Monreal, quien cada día está más y más alejado de la carrera presidencial de Morena, en la cual solo se perfilan Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard, quien ya soltaron los primeros misiles este fin de semana con las filtraciones al New York Times y a La Silla Rota.

Monreal Ávila no es bien visto por López Obrador para sucederlo en Palacio Nacional en el 2024, pues para el presidente de la República, el coordinador de Morena en el Senado es demasiado “libre” y tampoco es de fiar.

Sobre el líder de la Cámara alta hay varias sospechas de que operó en las pasadas elecciones a favor del PAN en la Ciudad de México y fue el artífice de la catástrofe de Morena y de Sheinbaum Pardo en la capital del país al entregarle 6 alcaldías a Acción Nacional.

Ricardo Monreal, quien apadrina desde hace tiempo a Alejandro Armenta, jamás será bien visto por AMLO y está fuera de la carrera por la presidencia de la República.

Con esto, Armenta Mier tendrá que remar contracorriente al estar muy identificado con el presidente del Senado a menos de que, como acostumbra, le dé la espalda y lo traicione con tal de alcanzar la candidatura de Morena en el 2024.

El Soldadote Armenta no figura en los afectos de Marcelo Ebrard ni de Claudia Sheinbam.

La fórmula es fácil: candidato presidencial pone a los candidatos a gobernadores.

Ver: Mitos y realidades en la aldea después del 6 de junio

López Obrador lo hizo con Sheinbaum a pesar de las amenazas de Monreal.

La historia se repite.

Armenta está condenado a la suerte de Ricardo Monreal.

Que comience la danza de las traiciones.

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