Con mucha más pena y muy poca gloria, Ricardo Monreal pasó por Puebla el fin de semana en una escala de su descafeinada gira nacional para promocionarse como una opción emergente de Morena para representar al partido en las elecciones presidenciales del 2024.
El principal problema que tiene Monreal Ávila en la entidad, y en gran parte del país, es el desprestigio y la pésima imagen con la que cuentan sus principales operadores políticos locales, como el caso del marinista Alejandro Armenta, quien además de ser ahijado del góber precioso también tiene un largo historial de traiciones con todos sus cercanos como César Camacho, Miguel Ángel Osorio Chong, Miguel Barbosa, entre otros, y una pesada estela de corrupción a su paso por diferentes cargos en la administración pública.
En pocas palabras, Armenta Mier es un lastre para Ricardo Monreal, quien no encuentra la forma para colocarse como la tercera vía del Movimiento Regeneración Nacional en la sucesión federal y regresar a los afectos de Andrés Manuel López Obrador, quien levantó un veto sobre el senador por sus constantes simulaciones y sus conspiraciones en contra del propio presidente y de sus cercanos como la jefa del gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum.
Nadie puede dudar de las capacidades y aptitudes del zacatecano, pero sí causa mucha incongruencia que su primer círculo esté conformado por personajes como Alejandro Armenta, quien jamás se pudo quitar los estigmas de corrupto, priista, poco leal y fanfarrón.
La poca credibilidad y el desdoro del “Ahijado Precioso” quedó de manifiesto este fin de semana en la minigira que le organizó a su nuevo padrino, quien se reunión con no más de 10 empresarios poblanos en una cena celebrada en uno de los salones del Centro Mexicano Libanés el pasado viernes y en un encuentro con periodistas el sábado, que fue un verdadero fracaso ante las pocas expectativas que genera el marinista y la poca influencia de los colegas que asistieron, pero que fueron llevados con engaños.
Quien esto escribe pudo confirmar que fueron muy poco los empresarios que confirmaron y luego asistieron a la reunión con Monreal Ávila, quien de los aspirantes de Morena es de los que menos posibilidades tiene a la fecha de abanderar al movimiento lopezobradorista en el 2024, ya que se encuentra bastante rezagado en las últimas encuestas publicadas por las principales firmas que lo colocan con pírricos y marginales números bastante alejados de los punteros Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard.
Un día después, Ricardo Monreal pudo comprobar el sábado por la mañana el inexistente músculo político y confianza que hay en Alejandro Armenta, quien no pudo convocar a los principales periodistas, columnistas, conductores de radio y televisión y dueños de los medios de comunicación en Puebla.
Y es que, los dos marginales operadores de medios de Armenta Mier, los desprestigiados José Tomé y Fabián Gómez, apenas pudieron convocar a ocho periodistas para escuchar la plataforma política-electoral del coordinador de los senadores de Morena.
Al encuentro con Monreal asistieron Vicky Fuentes, Héctor Rodrigo Ortiz, Toño de la Vega, Alberto Rueda, Fernando Crisanto, Leticia Montagner, Roberto Desachy, Raúl Torres Salmerón, Carlos Gómez, Jaime Zambrano y Erika Rivero.
Es decir, ninguno de los principales medios de comunicación en Puebla como El Sol de Puebla, Televisa, TV Azteca Puebla, Cinco Radio o Grupo Oro, mandaron a algún representante para escuchar a Monreal.
De ese tamaño es la realidad y el fracaso de Armenta Mier.
En este mismo espacio hemos considerado que el senador expriista es de los grandes mitos de la política en Puebla, pues su estructura territorial en todo el estado no es más que una mentira que solo la creen los obnubilados seguidores que se han dejado engañar por el ahijado de Marín Torres.
Los supuestos operadores de Alejandro Armenta no son más que las sobras del priismo añejo que ya es obsoleto y que no define una elección a gobernador.
Sobre estos personajes, Armenta Mier está basando su decadente precampaña que no logra prender entre el electorado y entre los principales financiadores electorales que no se han sumado al senador, que solo vende espejos con su libro plagiado y con el reparto de sus árboles inservibles.
Este efecto se repite en el proyecto nacional de Ricardo Monreal, quien tiene, como lo mencionamos al inicio de esta entrega, a personajes con un gran desprestigio en sus estados.
Alejandro Armenta es un político de humo que su único mérito es saber acuchillar por la espalda a sus padrinos políticos en el momento indicado y ser un oportunista profesional para sobrevivir en las peores etapas de sus partidos, como así lo hizo cuando abandonó al Revolucionario Institucional para saltar a Morena, y que, seguramente, hará lo mismo una vez que el movimiento lopezobradorista no le entregue la candidatura a gobernador.
Eso es el marinista Alejandro, un político desprestigiado que arrastra a sus cercanos a su pésima imagen.
Si no fuera trágico, el Soldadote Armenta sería cómico.
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