El Caspárov de la política
Uno de los más famosos ajedrecistas en los años ochentas fue Garri Caspárov que en la mayoría de sus encuentros, partidas se impuso a Karpov.
Hace unos meses surgió la pregunta de quién era el mejor ajedrecista del mundo, si Casparov o el joven Magnus Carlsen, yo prefiero a Garri, excelente e impresionante frente al tablero de ajedrez.
Siempre las partidas ganadas por el ruso, traen a la memoria la inteligencia y la serenidad con que lo hizo.
Vaya lo antes escrito para hacer una analogía dentro de la política poblana y el mundo ajedrecístico.
Permítanme.
El gobernador del estado, Sergio Salomón Céspedes Peregrina, se puso con mente de ajedrecista, vamos de Caspárov, y se apoderó de inmediato del centro del tablero político poblano.
Logró lo que nadie pensaba podría lograr, sentar y unir a los primos Mier. Hubo mucho agravio entre ellos.
Jaque
Segunda jugada, sumar al resto de los participantes y conminarlos a la unidad del partido y claro está, a la inminente candidatura de Alejandro Armenta Mier a la gubernatura del estado.
Jaque.
Céspedes Peregrina, con el control del tablero, se consumó como jefe político de MORENA, sin duda.
Enroque.
Ahora la política en la entidad poblana, tiene un buen jugador, lo sabe hacer, lo hizo, tranquilizó los enconos y les demandó aplicarse en la unidad del movimiento Morenista.
Un respiro para su instituto político.
Sergio Salomón Céspedes Peregrina, salió en la política poblana, como todo un Caspárov en el ajedrez.
Alguien lo duda.
Jaque mate.
Armenta vs Rivera
La inminente lucha electoral entre el morenista Alejandro Armenta Mier y el panista, Eduardo Rivera Pérez será de pronóstico reservado.
Esta disputa política que terminará con la elección constitucional del 2 de julio del próximo año, tendrá en su transición encuentros y desencuentros.
Adelanto, el lodo volará para todos lados.
Los cuartos de guerra comienzan a recopilar sus mejores estrategias para dañar al otro.
En fin, ya veremos independientemente de un duelo político generacional, una elección con altas expectativas de que se puede inclinar la balanza para un lado o el otro
Ya veremos y diremos.