Si bien el segundo informe de Eduardo Rivera como presidente municipal de Puebla no servirá como un destape en forma para respetar el llamado del gobernador Sergio Salomón Céspedes a no capitalizar estos ejercicios de rendición de cuentas y por cortesía política, sí lo será de facto, pues el encuentro estará lleno de simbolismos, imágenes y mensajes que deberán ser interpretados para dilucidar un poco el futuro cercano del panista con miras al 2024.
Una de las principales señales de que el informe de Rivera Pérez sí será un mensaje de que está listo para abanderar al Frente Amplio por México en Puebla para los comicios del próximo año, es la sede de este, ya que el edil capitalino eligió el Auditorio GNP, antes Acrópolis, con un aforo superior a las 10 mil personas para dar muestra de su músculo político y de que a su proyecto no solo lo respaldan los poblanos de la Angelópolis, sino, de todo la entidad, pues a este recinto al norte de la ciudad se darán cita también simpatizantes del interior del estado.
Otros de los indicativos de que el segundo informe servirá como la presentación del que será el candidato del PAN, PRI y PRD y otros partidos locales que se logren sumar será la presencia de los líderes nacionales de los tres partidos que conforman al bloque opositor, así como ‘vacas sagradas’ del tricolor, del albiazul y del Sol Azteca, además de senadores, diputados federales, gobernadores y alcaldes de todo el país.
Y es que, Lalo Rivera será arropado por toda la cúpula partidista y política que conforma al Frente Amplio por México, pues el alcalde poblano es visto como de los pocos aspirantes de la oposición con opciones reales y serias de ganar una de las nueve gubernaturas que estarán en juego el próximo año.
En los cálculos del FAM para las elecciones del 2024 está retener Yucatán, Guanajuato y Jalisco, en una posible alianza con Movimiento Ciudadano a través del grupo que comanda Enrique Alfaro, pero también ganar las gubernaturas de Puebla y la Ciudad de México, lo que sería la joya de la corona.
Tanto la entidad poblana como la capital del país son dos de las prioridades del Frente Amplio por México y, en especial, de Acción Nacional, pues en ambas demarcaciones el partido azul tiene la oportunidad de arrebatarle el poder a Morena, que está envuelto en un tremendo laberinto en sendos procesos internos, los cuales no lucen para tener un sano final entre sus aspirantes.
En el caso de Puebla, Marko Cortés, tanto en público como en privado, les ha comentado a sus líderes, militantes y aspirantes la importancia que tiene la entidad en sus proyecciones electorales del próximo año. El líder nacional panista, con números y encuestas en la mano, reconoce que la entidad poblana vivirá una elección bastante cerrada y que Eduardo Rivera representa una candidatura bastante competitiva que puede lucharle a cualquier de los aspirantes con los que cuenta Morena hoy.
Aunque existen versiones sobre una posible declinación de Lalo Rivera a participar como candidato a gobernador, la realidad es que las intenciones del actual alcalde poblano de competir siguen intactas sin importar si Morena postula a un hombre o si se decanta por reservar la candidatura para una mujer.
Como lo he mencionado en este mismo espacio, Rivera Pérez viene practicando una estrategia silenciosa y alejada de los medios de comunicación para recorrer el estado y aunque sus reuniones parecieran privadas o poco concurridas, el contexto es otro.
El edil poblano, desde hace meses, ha sostenido reuniones con líderes regionales de todos los partidos políticos, agrupaciones, aspirantes y alcaldes del bloque opositor con los que ya comienza a cerrar acuerdos, que, a favor de su estrategia, no han trascendido de la esfera privada.
También, Lalo Rivera es el principal espectador del desafortunado proceso interno de Morena, que dejará varios heridos y una división irreparable que puede beneficiarlo de manera indirecta al capitalizar a todos los inconformes que dejará la selección del o la abandera de la 4T en Puebla.
El mejor escenario para Rivera Pérez es que se consolide la imposición de algún candidato poco competitivo en Morena y no se postule a quien es el puntero en las encuestas, pues esto aumenta de manera exponencial sus posibilidades de ganar el gobierno del estado, aunque si el partido lopezobradorista unge como su abanderado a su mejor perfil tampoco ahuyentaría las aspiraciones del acalde de la Angelópolis.
Si bien parece difícil de entender, el informe del domingo de Lalo Rivera y los mensajes que pudieran salir de este sobre su candidatura también influirá en la interna morenista, pues en caso de que las señales sean inequívocas, el Movimiento Regeneración Nacional estará obligado a postular al único aspirante que le garantice el triunfo frente al panista.
Ni Claudia Sheinbaum ni en Palacio Nacional pueden poner en riesgo la bolsa de dos millones de votos que están proyectados que aporte Puebla.
Un paso en falso podría costar mucho para el anhelado “Plan C”.
El informe de Lalo Rivera del próximo domingo podría ser el último del edil panista, quien estaría listo para zarpar en la aventura electoral del próximo año.
Ahora es el turno del baile del tapado en la casa azul.
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