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Fernando Manzanilla y los pecados que no se olvidan

2historias reportero

Nadie duda que Fernando Manzanilla es el rey de las intrigas en Puebla.

No solo eso, el excuñado de Rafael Moreno Valle es experto en sacar “raja política” de todos los temas.

Tampoco se equivoca el gobernador Sergio Salomón en catalogarlo como “cizañoso”.

No por nada, Miguel Barbosa lo bautizó como Fernando “Pesadilla”.

Sí, Manzanilla Prieto es una pesadilla para todo aquel que lo tenga cerca.

Es hoy es el turno de Ignacio Mier, su nuevo proyecto político a colisionar.

En el pasado fueron Moreno Valle, Tony Gali, Miguel Barbosa, Don Guillermo Pacheco Pulido, Genoveva Huerta y un largo etcétera.

Una anécdota, comprobada y real, dibuja de cuerpo completo lo que Fernando Manzanilla es y representa.

La historia no tiene desperdicio.

La reunión se celebró en Casa Aguayo cuando Fernando ocupó, una de tres veces, el cargo de secretario de Gobernación.

En específico: en su oficina en la que hoy es la sede del gobierno de Puebla.

El tema del encuentro era encontrar el método, fiscal y procesal, para repartirse una partida “especial” de recursos que José Antonio Meade, a la sazón secretario de Hacienda y Crédito Público, envió a la administración galicista para financiar la campaña de Martha Erika Alonso con dinero de la federación.

En el cónclave participaron un exsecretario de Finanzas, un personero de Gali Fayad, un empresario y el propio Manzanilla Prieto.

La bolsa no era menor, pues los recursos enviados por Meade desde la poderosa SHCP, en los tiempos del sexenio de Enrique Peña Nieto, rondaba los 600 millones de pesos y estaban listos para ser repartidos.

El extitular de la Segob Puebla, antes SGG, era el más interesado en repartirse el botín.

De hecho, ya tenía listo el esquema para que dichos recursos, que bajaron tarde y ya no fueron empleados en la campaña de Alonso Hidalgo, terminaran en sus cuentas bancarias apalancadas en diferentes paraísos fiscales.

Un poderoso político fue convidado de esta corrupta maniobra, pero negó de manera tajante, participar en la fiesta de “Pesadilla”.

Ahora que Fernando Manzanilla está muy activo paseándose por el Centro Histórico de Puebla, el callejón de Los Sapos y grabando TikToks al estilo Marcelo Ebrard –todos quieren copiarle ahora al canciller de México, pero no tienen su gracia ni su talento–, no está de más recordarle que sus pecados cometidos en el pasado no se olvidan.

Para todos están presentes.

El exdiputado federal se equivoca si piensa que las múltiples y diversas denuncias presentadas por el actual gobierno quedaron en el olvido con la muerte de Miguel Barbosa.

Las carpetas de investigación siguen vigentes y no dormir el sueño de los justos como lo cree el excuñado de Moreno Valle.

Y es que, las cuentas pendientes de Fernando Manzanilla son muchas.

Ahí está la denuncia que la administración barbosista presentó en contra diez extitulares de la extinta Secretaría General de Gobierno (SGG) y de la Secretaría de Finanzas y Administración (SFA), por la posible malversación de 241 millones de pesos, a través de una “partida secreta”, creada en los tiempos de Rafael Moreno Valle.

También la denuncia penal que se presentó en contra de los servidores públicos que participaron en el otorgamiento del contrato a la empresa Codesa para la construcción de la planta Audi, a través de una Asociación Público-Privada (APP), entre los que destacan Tony Gali, el propio Fernando Manzanilla, Pablo Rodríguez Regordosa, Roberto Moya y más pillos ligados al exmandatario priista.

Otra querella que sigue más que vigente es la presentada por el uso irregular de recursos desde la fundación Imagina México Laboratorio de la Felicidad y Scientia Aprendizaje Significativo, que presiden Fernando y su hermano Enrique Manzanilla.

En 2015, se reveló que Scientia Aprendizaje Significativo recibió recursos públicos del gobierno de Puebla. En total le pagaron 15 millones de pesos por varios servicios, al decir del periodista Fermín Alejandro García.

De acuerdo a una versión todavía no corroborada, se dice que existiría la carpeta de investigación 029/2020/UEIORPI en la cual se señalaría al legislador del Partido Encuentro Social, Fernando Manzanilla Prieto, de presuntamente haber cometido el delito de uso de recursos públicos de procedencia ilícita” reveló en su momento el director editorial de La Jornada de Oriente.

Y ya para terminar esta larga lista de denuncias en contra de Fernando “Pesadilla” está la que Barbosa Huerta también promovió por espionaje.

“En la campaña me espiaban, me grababan, me tenían con gentes cercanas enviando mensajes de lo que hacía yo. Así piensan. En mi pueblo les dicen chimpletos, es una deformación de la personalidad, se quedaron con la idea de cómo iba a ser el poder cuando llegaron los Moreno Valle”, indicó el exgobernador.

Sí, Manzanilla es uno de los “chimpletos” expertos en sacar raja política de todo.

Nadie olvida sus pecados.

Pecados que ni colgándose a una barra podría redimir.

Cuánta desmemoria.


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