
Gaby Bonilla y la nueva Casa del Adolescente

La constante por la que será recordados Gaby Bonilla y Sergio Salomón Céspedes una vez que concluya su gobierno el próximo 13 de diciembre es la humanización del gobierno de Puebla.
Sí, la presidenta del SEDIF y el gobernador del estado le regresaron ese rostro humano y sensible a la administración estatal.
Como ningún otro gobernador, Céspedes Peregrina –siempre bien encausado por su esposa Gaby– es el mandatario de la conciliación y también del trato caballeroso y amigable hacia todos los poblanos.
Una de las claves para entender el avasallador triunfo de Morena en la entidad poblana fue el buen trabajo que realizó Sergio Salomón desde que fue ungido como gobernador sustituto en medio de la crisis política que dejó la muerte de Miguel Barbosa.
Lo mismo sucedió con Gaby Bonilla, quien es el complemento perfecto del mandatario poblano y que no solo logró seguirle ese incansable paso de recorrer cada rincón del estado, sino, también atender todas y cada una de las necesidades de las familias en Puebla.
La construcción de la nueva Casa del Adolescente en Puebla es muestra de este compromiso con los poblanos y la sensibilidad social que debe mostrar cualquier gobierno federal, estatal o municipal.
Según lo establecido por la Ley de Justicia Penal para Adolescentes, la privación de la libertad de adolescentes –llamado internamiento– es una medida de último recurso que solamente se puede aplicar en delitos de gravedad (delitos de secuestro, trata, terrorismo, extorsión agravada, algunos delitos contra la salud, homicidio doloso, violación sexual, lesiones dolosas que pongan en peligro la vida y robo con violencia) y nunca se podrán aplicar a adolescentes menores de 14 años.
En la actualidad, existen en México dos 715 personas adolescentes en internamiento.

Un diagnóstico de UNICEF realizado en 2018 encontró los siguientes resultados sobre los adolescentes privados de su libertad en los centro penitenciarios del país: 52% cursaron algún grado o completaron la secundaria; y 30% apenas cursaron algunos grados de la primaria o lograron completarla.
De acuerdo con un estudio realizado por las activistas Ana María Sanabria y Ana Fernanda Uribe, en la mayoría de los casos, las y los adolescentes en cuestión, tienen tras de sí un historial de fracaso escolar: la mayoría cambió de escuela en varias ocasiones y recurrentemente presntó problemas de conducta y de adaptación al sistema escolarizado.
Estas cifras concuerdan con las oficiales. La Secretaría de Gobernación informó que de los casi tres mis reclusos menores de edad, 52% requieren estudios básicos de alfabetización, primaria o secundaria.
Los y las adolescentes en reclusión en México no reciben educación de calidad que garantice su reinserción social.
La nueva Casa del Adolescente de Puebla, que será el gran legado de Gaby Bonilla, esta diseñadas para proporcionar un ambiente seguro y adecuado para los adolescentes, con áreas de dormitorios separados para hombres y mujeres, módulos sanitarios, guardarropa, enfermería, atención médica, cocina, comedor, almacén, lavandería, y una cancha de usos múltiples. Estos espacios garantizan que los jóvenes cuenten con todas las facilidades necesarias durante su estancia.
Durante su inauguración la mañana de este miércoles, Bonilla Parada destacó la inclusión de ocho departamentos que funcionarán como espacios de transición para aquellos jóvenes que, al alcanzar la mayoría de edad, deben comenzar su vida independiente.
Estos departamentos permitirán que los jóvenes que consigan su primer empleo formal puedan permanecer en un ambiente seguro mientras se adaptan a su nueva vida fuera de la Casa del Adolescente.
“Antes teníamos miedo de que escaparan, ahora ya no se quieren ir”, dijo realmente conmovida Gaby Bonilla.
Además, agradeció al Patronato del DIF y a los empresarios que contribuyeron con el equipamiento de las instalaciones, subrayando la importancia del apoyo comunitario en este tipo de proyectos.
Esta obra dibuja de pies a cabeza lo que rigió siempre al gobierno de Sergio Salomón: la humanización del quehacer público y la sensibilidad de todos los integrantes de su administración.
¿Que si los poblanos vamos a extrañar a Sergio Salomón y a Gaby Bonilla?
Claro que sí.
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