40 mil millones de pesos para la maquinaria electoral de Morena en Puebla
Un dato que resulta demoledor para explicar mucho de lo que sucedió en las elecciones presidenciales y estatales del 2 de junio en las que Morena arrasó en las urnas y aplastó prácticamente a la oposición pasa por la relación directa entre los votantes y los miles de millones de pesos que el gobierno federal destina a los programas sociales.
Los programas sociales se convirtieron en un factor que tuvo peso en el voto, pues de las casi 60 millones de personas que participaron en el proceso electoral 2024 el 56% manifestó recibir estos apoyos del gobierno: ya sean ellos, su familia o ambos.
De acuerdo con la encuesta publicada por El Financiero, entre el segmente de beneficiarios de programas sociales, Claudia Sheinbaum alcanzó el 69% de la votación, frente al 23% de Xóchitl Gálvez.
Como ningún otro partido, Morena, de la mano del expresidente Andrés Manuel López Obrador, convirtió en votos los apoyos entregados “mano a mano” por el gobierno federal.
El modelo del clientelismo electoral creado por el PRI fue perfeccionado por nota por el lopezobradorismo, pues encontró la manera de bajar de manera directa las famosas becas del bienestar a los millones de mexicanos, entre adultos mayores, madres solteras, ninis, desempleados, agricultores y un largo etcétera, que hoy son auspiciados con el impuesto de los mexicanos.
El presupuesto para programas sociales en 2024 es de 745 mil 813 millones de pesos, lo que representa un incremento del 27% con respecto al año anterior. Este monto se destinará a beneficiar a cerca de 28 millones de personas en todo el país.
Los programas sociales de López Obrador cuando fue jefe de Gobierno del Distrito Federal, con el de pensiones para adultos mayores, instaurado en 2001, que consistió en 600 pesos mensuales para personas mayores de 70 años que vivían en zonas marginadas.
Ahí, AMLO diseñó su estrategia para prolongar la estadía de su movimiento una vez que lograra llegar a Palacio Nacional.
Dos décadas después, ese programa se extendió a nivel nacional, a personas de 65 años y más, y ya abarca a cerca de 10 millones de beneficiarios que reciben 3 mil 850 pesos bimestrales. Así, este año el gobierno dedicará a ello 238 mil millones de pesos. Incluyendo ese programa, el gobierno tiene 13, como Jóvenes Construyendo el Futuro, Sembrando Vida y Becas para el Bienestar, con lo que los beneficiarios se traducen en votos directos para Morena.
En Puebla, en 2024 se aplicaron 33 mil millones de pesos en programas sociales del gobierno federal a los más de un millón 800 mil beneficiarios.
El padrón de inscritos guarda una coincidencia inevitable y directa entre los votos que Alejandro Armenta y Claudia Sheinbaum obtuvieron el 2 de junio.
Para darnos una idea de lo que representa el presupuesto para los apoyos federales entregados en la entidad es casi una cuarta parte de los recursos que maneja el gobierno estatal, el cual asciende a 120 mil millones anuales.
El estado se encuentra junto con el Estado de México, Veracruz, Chiapas, Ciudad de México, Oaxaca y Michoacán entre los siete estados como mayor número de beneficiarios de los programas sociales. Su padrón es de un total de 16 millones 271 mil 296, lo que representa el 44.4% del total de beneficiarios en todo el país, que asciende a 36 millones 643 mil 542.
Para el 2025, el gobierno federal etiquetará 40 mil millones de pesos a los programas sociales de Bienestar en Puebla, al decir del delegado federal Rodrigo Abdala.
¿Cómo el PAN, que está en caída libre ante la lucha interna por el control del partido o lo que queda de él, puede competir contra esta maquinaria perfecta electoral de Morena?
La respuesta es solo una: no hay forma.
El lopezobradorismo supo reinventar en tan solo seis años lo que al PRI le tocó siete décadas construir.
40 mil millones de razones para seguir aplastando a la oposición en Puebla.
Así de simple.
Off the record
Ahora que Alejandro Armenta se tituló como doctor en Administración Pública por el Instituto Nacional de Administración Pública vale la pena recordar cuando en la era morenovallista se presumían títulos falsos, maestrías y doctorados patitos para engordar los currículos.
Fue el propio Rafael Moreno Valle quien presumió ser egresado de Harvard University cuando en realidad estudió en Boston University, además de que no pudo terminar un diplomado en Harvard Extensión School, la cual no es –ni cerca–la prestigiada institución de la Ivy League.
Moreno Valle fue el góber pirata.
Tampoco podemos olvidar cuando 26 exfuncionarios de su gobierno y del PAN falsificaron sus títulos a través del IADEP, entre ellos Jesús Giles, Roberto Ruiz Esparza, Paola Angón, Jorge David Rosas Armijo, Franco Rodríguez, entre otros.
Con su título como doctor, Alejandro Armenta reivindicó los grados académicos de los funcionarios públicos y gobernadores.
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