La contracultura y la Cuarta Transformación

Hace casi 30 años surgió uno de los movimientos contraculturales más importantes de México: el levantamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). El movimiento representado por el icónico «Subcomandante Marcos» ha tenido sus altibajos, pero nadie cuestiona que sus posicionamientos tienen peso y cabida en la agenda nacional.

Como muestra está la carta publicada la semana pasada por el ya referido, donde lanza una fuerte crítica hacia la personalidad que adoptó Andrés Manuel López Obrador como presidente de la República, pues a consideración del Subcomandante, casi casi se convirtió en todo aquello que juró combatir.

Marcos enunció los adjetivos más representativos –y negativos– de esos expresidentes innombrables de la etapa «neoliberal» para decirle a AMLO que los adoptó y que toda su administración quedará marcada por no ser ese político diferente que prometió que sería cuando llegara a la presidencia.

López Obrador entiende a la perfección la influencia que tiene el «Subcomandante Marcos» y el valor que tiene el EZLN para la izquierda en México, tanto que decidió evadir el tema en su conferencia Mañanera y no contestar la carta, algo que no es muy común en el presidente que si algo le apasiona es generar polémica desde la tribuna presidencial.

Desde lo ocurrido entre AMLO y Marcos han surgido varios análisis políticos, pero no podemos dejar de lado la repercusión social que deja la afrenta entre dos personajes tan icónicos, populares y representativos del movimiento social en nuestro país.

Pero otras áreas de la contracultura en México también han puesto en jaque al gobierno encabezado por López Obrador, pues independientemente de que pueda ser del gusto músical, o no, el caso de los corridos tumbados sigue siendo un tema que causa morbo y genera suspicacia por lo real que pueden llegar a ser sus letras.

Históricamente los corridos han sido incómodos para los gobiernos. Desde los Tigres del Norte hasta los Tucanes de Tijuana, pasando por otros grupos considerados de nicho, las letras de esta corriente músical han abordados temas que le duelen a los políticos: la corrupción y la violencia.

Aunque para muchos, principalmente para quienes no disfrutamos del todo los corridos tumbados, podría haber pasado desapercibido lo ocurrido el pasado viernes en un concierto de Natanael Cano en la Ciudad de México y que para muchos fue una afrenta hacia López Obrador e incluso hacia una trasnacional como Disney.

El precursor de los corridos tumbados tuvo la osadía de interpretar el tema «Cuerno Azulado», cuya letra causó polémica desde su lanzamiento a finales del 2023 pues hablaba directamente de la corrupción que existe en el gobierno y que permite que los cárteles de la droga puedan operar con impunidad en el país.

Para entender la trascendencia social, debemos decir que la canción ha sido censurada de plataformas de streaming, su interpretación en vivo no se había dado abiertamente e incluso su autor ha mencionado que esto podría costarle la vida, generando suspicacia si su miedo es por las represalias del crímen organizado o del gobierno.

Como sociedad debemos tener en cuenta que no todos piensan políticamente, pues para la gran mayoría existen cosas más importantes –o al menos inmediatas– que los resultados de una elección, como puede ser la violencia que generan los cárteles de la droga.

Porque si de algo podemos estar seguros es que más personas en nuestro país conocen o han escuchado hablar del “Subcomandante Marcos” que de la futura secretaria de Gobernación con Claudia Sheinbaum, o más personas vieron –en vivo o en streaming– el concierto de Natanael Cano que las que sintonizaron alguno de los debates presidenciales.

*Agradecimiento especial a Hoy Informativo y Almanaque Puebla, que a partir de este día me permiten compartir esta columna de opinión con sus lectores.

*Comentarios y puntos de vista que sumen al debate, me gustará recibirlas a través de mi cuenta de X: @AlbertoMelchorM, así como mi correo electrónico: albertomelchor.90@gmail.com