Por: Gerardo Ruiz / @GerardoRuizInc
En la temporada electoral no se trata de ser el más conocido, sino el que menos negativos tiene.
Los encuestadores denominaron a esta ecuación como la “rentabilidad electoral”, que es el resultado del cruce entre los positivos, negativos y la intención de voto de un aspirante o candidato.
Tras quedar en ridículo a nivel nacional y ser calificado como non grato por el barbosismo por el affair de Fredy Erazo Juárez y su ridícula nominación como magistrado del TEEP, que a la postre fue tumbada por el Tribunal Electoral Federal, Alejandro Armenta va por su vendetta al amenazar con participar en la contienda interna por la candidatura de Morena a la alcaldía de Puebla capital.
Otra vez, “El Soldadote de la Derrotas” va por romper la liga.
Y es que, más allá de que Alejandro quiera ser hasta ‘el feto en el aborto’ al alzar la mano para competir en cada una de las elecciones, a Armenta lo mueve la se de venganza luego del grotesco papelón que se aventó con la ocurrencia de Erazo Juárez.
Armenta Mier no tiene la convicción de mejorar las condiciones actuales de la Angelópolis o de servir a los capitalinos, lo que en realidad busca el expriista es llevarle las contras a Barbosa Huerta y a su grupo político, que están apostados con Gabriel Biestro para abanderar a Morena en la ciudad de Puebla.
Alejandro Armenta, una vez más, le está jalando la cola al león.
De hecho, el aún senador, quien llegó a la Cámara Alta bajo las siglas del PT y que a la fecha no es afiliado del Movimiento Regeneración Nacional, ya le había jurado en un par de reuniones previas a las fiestas navideñas a Biestro Medinilla que no buscaría la candidatura por la presidencia municipal de Puebla.
Es más, Armenta Mier le prometió al presidente del Congreso del estado todo el apoyo de su estructura en la elección del 6 de junio próximo.
Por enésima ocasión, Alejandro sacó a relucir que la traición es parte de su ADN y que su palabra no tiene valor alguno.
Armenta es como aquel escorpión de la fábula que arponea a la rana al cruzar el lago a sabiendas de que ambos morirían ahogados.
A través de sus voceros, Armenta Mier envió el mensaje de que al sumarse a la carrera por la candidatura al Ayuntamiento de Puebla, Morena, en automático, aumenta sus posibilidades de retener la Comuna capitalina.
Nada más alejado de la realidad.
Lo que las plumas adictas del esbirro de Ricardo Monreal omitieron mencionar, a su conveniencia, es que los negativos de Alejandro Armenta son exorbitantes.
De los tres aspirantes reales que tiene Morena, Gabriel Biestro, Claudia Rivera y Alejandro Armenta, es este último quien tiene la peor imagen frente al electorado de Puebla capital, por encima muy por encima del diputado local y de la actual alcaldesa de Puebla.
Si bien Armenta le gana a Biestro y Claudia como el aspirante de Morena con más reconocimiento, esto es por la simple razón de que “El Soldadote de las Derrotas” tiene ya una carrera bastante vetusta en la política aldeana.
Es por esto que sus negativos están por los cielos.
No se puede pasar por alto el pasado marinista de Alejandro Armenta, quien en su momento fue una de las personas más cercanas al infame Mario Marín, a quien le debe gran parte de su atropellada carrera política.
(No es casualidad que Armenta busque emular la ruta del góber precioso al pasar primero por el Charlie Hall y de ahí chapulinear al gobierno del estado).
Tampoco puede olvidarse que Armenta Mier fue parte del corrupto gobierno de Enrique Peña Nieto al formar parte del gabinete ampliado del ex presidente como titular de la Renapo, posición a la que llegó por su cercanía con Miguel Ángel Osorio Chong, a quien después traicionó, fiel a su costumbre, para sumarse de manera extraoficial a las filas de Morena al abandonar, como roedor, el barco priista ante su inminente hundimiento.
Aunque pocos lo notaron, Armenta Mier también formó fue siervo del siniestro Rafael Moreno Valle, con quien fingió una serie de desencuentros a tal grado de montar un show a las afueras de las oficinas del hoy preso Eukid Castañón, con quien después se alió para descarrilar a Barbosa, y participar en el motín del Hotel M&M, para sacar ventajas políticas como infiltrado del morenovallismo en Morena.
Alejandro Armenta, hay que recordarlo, le debió a Moreno Valle la diputación federal que ganó en el 2015 gracias a la negociación que hizo el fallecido gobernador con Osorio Chong, a la sazón poderoso titular de la Segob.
Tampoco es un secreto la alianza que Monreal tenía con Moreno Valle y en la que también participan “El Loco” José Juan Espinosa y el propio Armenta.
Pero si los amarres políticos y su estela de corrupción fueran un tema menor, Alejandro Armenta también tiene “amistades peligrosas” que lo hunden aún más como su cercanía con el narcomenudista Christian N. “El Grillo”, quien fue miembro activo de su fallida precampaña por la candidatura a gobernador para la elección extraordinaria del 2019.
Las fotografías de “El Grillo” cuerpeando a Armenta en sus mítines son de dominio público.
El negro historial de Armenta ha provocado que sus negativos toquen niveles nunca antes vistos.
(Ahí tienen lo que le pasó a Enrique Agüera, quien era el candidato más conocido en los comicios del 2013, pero sus negativos fueron un lastre demasiado pesado que lo hundieron en el proceso de aquel año).
La rentabilidad electoral de Alejandro es nula.
¿Quién votaría por un ex priista, marinista, peñista, morenovallista?
Nadie.
Su aviso de pelear por la candidatura a la presidencia de Puebla capital no es más que otros de sus arranques para negociar espacios en la elección del 2021.
Una triquiñuela más de Armenta.
Es su modus operandi.
Alejandro Armenta siendo Alejandro Armenta.
A ver hasta dónde da la liga del “Soldadote”.