La nueva conformación de Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) en Puebla dejó ver que quienes se asumían como liderazgos por estar desde la fundación del partido, solo tenían una representación de papel y en realidad no contaban con estructura y respaldo.
Durante un par de años, Morena no renovó su representación estatal ante la falta de acuerdos y bloqueos. Hace unas semanas, por fin se dio el cambio y se tiene un nuevo Comité Estatal encabezado por Olga Lucía Romero y Agustín Guerrero.
El Consejo Estatal tiene 152 espacios electos por la militancia y Puebla tiene nueva representación en el Consejo Nacional del partido fundado por el presidente Andrés Manuel López Obrador.
En los tres casos, la mayoría de los espacios los ganaron los morenistas ligados al gobernador, Miguel Barbosa Huerta.
¿Dónde quedaron los militantes que se autodefinen como «puros”?
¿Por qué en tres años perdieron las posiciones que obtuvieron?
En 2018, el efecto AMLO provocó que cientos de morenistas desconocidos llegarán a cargos públicos. Pero en lugar de aprovechar esa oportunidad con un buen trabajo, mostraron su inexperiencia en algunos casos y en otros se cometieron actos de corrupción escandalosos.
Ejemplos hay varios. Uno de ellos es Rodrigo Abdala. El gobierno federal suprimió la figura de delegados por dependencia federal en los estados y solo dejó a un súperdelegado en cargado de todos los temas. Este personaje asumió la responsabilidad.
Abdala fue una maceta. La federación prácticamente tenía una representación acéfala en el estado y por ello salió por la puerta trasera. Hace una semanas volvió pero ahora con la enmienda de ser operador político del diputado federal, Ignacio Mier.
En 2018, cuando lo enviaron a esta posición, Rodrigo Abdala era el aspirante número 1 a la gubernatura por Morena para 2024. Hoy no aparece ni como candidato a presidir una junta auxiliar.
Otro ejemplo. Claudia Rivera Vivanco. La ex alcaldesa llegó por un golpe de suerte al Ayuntamiento. Sin López Obrador en la boleta nunca habría llegado al Palacio Municipal.
Por el simple hecho de ganar la capital, era otra aspirante fuerte del partido rumbo al 2024. En tres años dilapidó todo con una administración plagada de corrupción y errores.
Usó al Ayuntamiento y a Morena como agencias de trabajo para su familia y ahora deambula en la esfera nacional del partido en búsqueda de otro dedazo que la beneficie para llegar como plurinominal al Congreso de la Unión, pues es casi imposible que gane otra elección.
En la lista de liderazgos de papel de Morena en Puebla tenemos a personajes como Rene Sánchez Galindo, Leobardo Rodríguez, Alejandro Carbajal o Iván Camacho.
Ignacio Mier Velazco no es un liderazgo de peso entre el morenismo de Puebla. Se coló a la Cámara de Diputados con la ayuda de su mentor Manuel Bartlett y luego hizo buenas relaciones para alcanzar la presidencia del Poder Legislativo.
El partido guinda tiene una nueva conformación que le permitirá elegir mejores candidatos en la próxima elección y se usará mejor el presupuesto, pues desde 2019 han dispuesto de 300 millones de pesos, pero en la práctica no se ven reflejados en la formación de una militancia sólida.
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