El conclave se llevó a cabo en la Hacienda El Recuerdo, al norte de la ciudad, el mediodía de este martes.
Hasta ahí llegaron los 116 consejeros que arrasaron en las elecciones de las 15 asambleas distritales del pasado 30 de julio identificados con el grupo de Miguel Barbosa y que dejaron en ruinas a la marginal oposición que encabezan la Triada del Caos Ignacio Mier, Claudia Rivera y Rodrigo Abdala.
Sentados en la mesa de honor se encontraban el gobernador del estado y los legisladores que sacaron adelante la interna del partido lopezobradorista para hacerse con casi la totalidad del Consejo Estatal morenista y que tendrá bajo su control la designación de la mayoría de candidaturas a alcaldes, diputados locales y regidores.
Hombreando al mandatario estaban Sergio Salomón Céspedes, Roberto Solis, Fernando Sánchez Sasia y José Antonio López.
En el ambiente se respiraba la confianza y la satisfacción de un grupo que de nueva cuenta derrotó a sus opositores y que los redujo a su ínfimo tamaño político que les pertenece.
No por nada, Barbosa Huerta minimizó y ni se inmutó por el encuentro que el sábado pasado sostuvieron en el restaurante La Noria el inútil Nacho Mier y el secretario de Gobernación Adán Augusto López.
“A Mier le urgía crear una perspectiva tras ser arrasado en las asambleas distritales en Tecamachalco y todo el estado”, fueron las palabras que calaron hondo en el ánimo del vilipendiado Mier Velazco.
El ánimo del mandatario poblano era el mejor. Contento y con las riendas de su sucesión en las manos, Miguel Barbosa dio un mensaje institucional a los nuevos consejeros de Morena en Puebla.
Sin grandes aspavientos ni mensajes futuristas ni triunfalistas, el gobernador de Puebla pidió a los nuevos rectores salvar del secuestro en el que estaba el partido lopezobradorista, primero en manos de Alejandro Armenta y luego de Rivera Vivanco, además de abrirlo a todos los ciudadanos que ahora forman parte del padrón de militantes del Movimiento Regeneración Nacional y a aquellos que no se afiliaron para convencerlos en el 2024.
La comida se celebró en el mejor de los ánimos y los presentes fueron sabedores que más que una corriente, la barbosista, ya son, desde ahora, junto con otros integrantes del gabinete estatal, la nueva clase política de la que tanto ha hablado en los últimos días el gobernador Barbosa.
Aunque muchos lo esperaban, no hubo humo blanco ni destape del nuevo presidente o presidenta del Comité Estatal de Morena en Puebla.
De hecho, el tema no se abordó, pues la reunión en El Recuerdo también sirvió para informarles a los nuevos conejeros que el CEN morenista determinó aplazar la asamblea en la que se ungirían a los nuevos dirigentes del partido en la entidad y que tendrán bajo su encargo la selección del ejército de candidatos que acompañarán al abanderado del Movimiento Regeneración Nacional en los comicios sucesorios del 2024.
Y es que, el Comité Ejecutivo Nacional llevará a cabo hasta el próximo lunes 15 de agosto la mesa nacional con los 32 estados que eligieron a sus consejeros para la recepción de los paquetes y la publicación de las actas.
En esa misma reunión se determinará la nueva fecha para la designación por parte del Consejo Estatal de Morena en Puebla de sus nuevos dirigentes.
En lo político, el mensaje no fue más que uno: el nuevo morenismo poblano cerró filas en torno a Miguel Barbosa.
Una vez, aunque muchos inútiles y marginales se nieguen a aceptarlo, toda la ruta de la sucesión pasa por Casa Aguayo.
La nueva clase política de Puebla tiene en el gobernador Barbosa a su gran jefe político.
No hay más.
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