La campana sonó ya en la esquina azul.
La pelea para nada es menor ni será fácil.
Y es que, son 15 meses los que restan para que en Puebla se lleven a cabo las elecciones para definir al próximo gobernador o gobernadora que estará al frente del estado para el periodo 2024-2030.
Un año con tres meses tiene el Partido Acción Nacional en el estado para fortalecer a su proyecto rumbo a los comicios estatales en los que buscarán regresar al poder luego del arribo de Morena en el 2019.
Atlixco se convirtió en el punto de encuentro en donde los peces gordos del panismo local y las estructuras municipales recibieron el banderazo de salida por parte del líder nacional, Marko Cortés, para iniciar con el proyecto con el que buscan recuperar el gobierno del estado.
Como bien decía el jurista e ideólogo Jesús Reyes Heroles: primero el plan y luego los nombres.
Si bien el autor de la frase es de uno de los grandes doctrinarios priistas, el dicho encaja a la perfección para la situación actual del PAN en Puebla.
Es innegable que en Acción Nacional está más que claro el nombre del que será el candidato en las elecciones del 2024, ahora lo que se necesita es fortalecer el plan para derrotar al lopezobradorismo en la entidad y al que resulte su abanderado.
Nadie duda que será Eduardo Rivera el encargado de encabezar y encausar los esfuerzos del albiazul el próximo año al ser el único aspirante con opciones reales de competirle a Morena en las urnas en el primer domingo de junio del 2024.
El alcalde de Puebla es el rival a vencer como lo muestran las últimas encuestas publicadas, por encima de los aspirantes morenistas como Alejandro Armenta, Julio Huerta, Olivia Salomón o Ignacio Mier.
El efecto de Lalo Rivera es digno de resaltarse, pues el edil capitalino hace que el PAN sea competitivo y que la desventaja en contra de Morena desaparezca y hasta aparezca por encima de sus posibles candidatos.
El liderazgo natural de Rivera Pérez destacó el pasado fin de semana en Metepec, Atlixco, y así lo pudieron constatar el propio Cortés Mendoza y otros liderazgos nacionales como Katia Rabadán, Fernando Doval, Omar Miranda o Deborah López, así como los líderes municipales del partido.
Se equivocan todos aquellos quienes piensan que el panismo poblano está en agonía o que sufre una desbandada de militantes por las pocas adhesiones que Nacho Mier ha sumado a su equipo de trabajo, que está plagado de perdedores de elecciones, tema que será analizado en otra entrega de esta columna.
El panismo poblano goza de cabal salud.
No solo eso, Acción Nacional en Puebla tiene una clase política llena de liderazgos de primera línea como Ana Teresa Aranda, Humberto Aguilar Coronado, Mario Riestra, Jesús Zaldivar, Marcos Castro, Augusta Díaz de Rivera, Edmundo Tlatehui, Filomeno Sarmiento, Paola Angón, entre otros.
Además, el PAN controla la capital y la zona metropolitana con buenos números de aprobación entre el electorado de sus respectivos municipios, hechos que no se pueden pasar por alto durante una elección como la del próximo año.
El nombre está más que claro, ahora falta el plan de Acción Nacional en Puebla.
Un plan que debe incluir a perfiles ciudadanos como así lo dijo el presidente del PAN durante el encuentro en Atlixco en donde aseguró que Puebla es prioridad para el partido en el 2024.
“Que se abra la puerta a las y los mejores y más competitivos candidatos, sean del partido o no, pero que tengan un importante liderazgo y trabajo social. Que el PAN sea una vez más una esperanza para el cambio y corregir el rumbo de México”, manifestó Marko Cortés, quien ya dejó de lado las tibiezas.
La travesía de Acción Nacional inició a 15 meses para que en Puebla se elija a su gobernador o gobernadora.
“Corregir el rumbo en 2024 y pintar el estado de azul”, fue la apuesta del presidente panista y su ejército en la entidad.
Y mientras eso pasa en la esquina panista, en Morena la ruptura está en su punto.
En las grietas, cualquiera su puede filtrar o escaparse.
¿Repetir en el Senado para algún daño colateral?
En sus marcas, listos…