“Los procesos de transformación digital suelen fallar porque no son iniciados de adentro hacia afuera, si no al revés. Aún en las mismas empresas. La transformación no es acerca de la tecnología, es acerca de las personas, sus actitudes, y la cultura”.
Tabrizi, Lam, Girard e Irvin de la Universidad de Harvard
Sabemos que estamos viviendo ya en la era digital, ya tenemos generaciones nacidas totalmente conectadas, todos los días utilizamos nuestra computadora o nuestro smartphone y hacemos negocios a través de internet, conectamos con clientes, proveedores y ciudadanos a través de redes sociales y dispositivos móviles. Entonces. ¿Por qué seguimos trabajando con papel, imprimiendo documentos, utilizando sellos de tinta y llenado formatos a mano?
La transformación digital, dicho de forma sencilla, es la aplicación de herramientas digitales en los procesos de negocio, en la elaboración de productos y en la atención al cliente para mejorar la eficiencia, la productividad y reducir costos operativos. No se trata solamente de instalar un ERP o respaldar su información en la nube, se trata de que todos sus procesos y sus documentos nazcan de forma digital, con seguridad y con menos errores humanos.
Se trata de que todos los integrantes de la organización, desde los Directores Generales hasta los Analistas o personal operativo utilicen herramientas que les permitan hacer su trabajo más fácil, más rápido, más seguro, con más movilidad y siempre en línea con la organización y sus objetivos.
La transformación digital implica un cambio en la mentalidad de los directivos y los empleados de las organizaciones, un cambio cultural que requiere un gran compromiso e inversión de tiempo y recursos, pero el resultado traerá beneficios en muchas áreas, cambiará el paradigma de trabajo en la organización, agilizará la forma en que interactúan sus integrantes entre sí y con sus clientes, haciendo crecer las oportunidades de negocio y mejorando su percepción.
Sabemos que en Latinoamérica existen grandes retos para la adopción de tecnologías digitales, los costos de implementación, la rotación de personal, la resistencia al cambio, la desaceleración de la economía y muchos factores que pueden frenar la transformación digital.
Sin embargo, quien pueda tomar el riesgo e invertir en la digitalización de su empresa obtendrá beneficios extraordinarios, desde mejorar la productividad, incrementar la innovación interna, hasta mejorar el clima laboral y la satisfacción de sus colaboradores.
La toma de decisiones se vuelve más fácil y en tiempo real, los datos que se recolectan con las herramientas digitales pueden aprovecharse para darles valor, es información viva para analizar tus procesos, obtener información de tus clientes para enfocar el marketing, valorar los tiempos de producción, mejorar la administración del personal, dar seguimiento a las metas y darnos una idea del funcionamiento general de la organización.
Es en este contexto donde las cabezas de las empresas, de los gobiernos, de las universidades y de cualquier sector productivo, deben tener en cuenta que para vivir y hacer negocios en un mundo digital debemos comenzar a trabajar de forma digital, tener en cuenta que la inversión en soluciones de software y hardware, si se hacen de forma correcta, inteligente, y van acompañadas de empresas responsables y que se preocupen por el éxito de su organización, garantizan cambios profundos que resultarán en empresas más productivas y más rentables, en gobiernos más eficientes y cercanos, en universidades ordenadas y prósperas y en organizaciones que generen riqueza y valor para nuestros países.
Ya no es opcional, la transformación digital es el presente y nos prepara para el futuro, si no estas pensando en transformación digital no estas visualizándote en el futuro. Es una difícil tarea, romper paradigmas y evolucionar, pero ¿Si no es ahora?, ¿Cuándo?