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#LeyendasdePuebla: Los duendes malditos del puente de Tehuacán

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Después de una larga y divertida noche de borracheras, Hilario optó por irse a casa a descansar. Pero para llegar, tenía que cruzar por el “Puente de los duendes”, un viejo viaducto hecho de piedra.

Mientras Hilario cruzaba el puente, alcanzó a ver a una gallina blanca que comenzó a caminar a la parte baja de la estructura. Hilario fue tras ella, pero para su sorpresa, el pájaro se transformó en un pequeño ser con forma humanoide.

Rápidamente, Hilario se vio rodeado de un sinfín de seres similares, quienes lo comenzaron a atacar sin piedad. De milagro, Hilario alcanzó a escapar para así advertir a los vecinos de la horrible escena que presenció.

Hilario no fue la única víctima en el Puente de los Duendes.

Cuenta otra historia que un hombre al que se le conocía como Don Pablo, salió de casa para buscar alimento. En su andar se percató que a lo lejos se encontraba una gallina. Sin más opción, la siguió hasta llegar al Puente de los Duendes.

Al llegar al lugar y dar el primer paso en el puente, Don Pablo sintió cómo perdía el control de su cuerpo mientras que era conducido a la parte baja del viaducto. Allí comenzó a escuchar risas parecidas a las de niños. De un momento a otro, Don Pablo vio a la gallina convertirse en un pequeño hombre.

Aterrado, y sacando hasta sus últimas fuerzas para recuperar el control en su cuerpo, Pablo logró encomendarse a Dios. Fue en ese momento donde los duendecillos se espantaron y huyeron entre chillidos y quejidos.

Tal fue el asombro que Pablo que se quedó inconsciente. Horas después se despertó y vio su cuerpo mal herido.

Ante relatos como este, los pobladores de Tehuacán advierten a los incautos la misma cosa: Es mejor no detenerse durante la noche en ningún puente de la región.

duendes malditos
Foto: Amino Apps