
¿Eres de los que acumula mails? Los correos electrónicos generan más contaminación de la que creías

¿Eres de los que conserva correos electrónicos desde el 2005 y mantiene su bandeja de entrada abarrotada? Si es así, debes saber que tus hábitos pueden estar contribuyendo significativamente a la contaminación ambiental.
La sorprendente verdad es que nuestros correos almacenados generan una considerable cantidad de emisiones de carbono.
Aunque a menudo pasamos por alto el impacto ambiental de nuestros correos electrónicos, la realidad es que la huella de carbono asociada con enviar o almacenar correos es motivo de preocupación.
¿Cuántos de ustedes han pensado, «Bueno, solo recibo alrededor de 10 correos al día»? La magnitud del problema se revela cuando consideramos que diariamente se envían aproximadamente 347 mil millones de correos en todo el mundo.

¿Cuánto contaminan nuestros mails?
Determinar con precisión la cantidad de contaminación generada por nuestros correos electrónicos no es tarea fácil. La medición varía según los dispositivos utilizados, la longitud del texto, la presencia de archivos adjuntos o imágenes en la firma, entre otros factores.
Sin embargo, según las estimaciones del investigador Mike Berners-Lee, autor de «La Huella de Carbono de Todo», un correo de trabajo promedio, recibido en una computadora, que lleva unos 3 minutos leer y contiene un archivo adjunto, emite aproximadamente 17 gramos de CO2 a la atmósfera. Las cadenas de spam, al ser enviadas en masa, pueden contaminar alrededor de 26 gramos de CO2.
¿Es mucho o poco?
Puede que te preguntes si estas cifras son significativas. Según los cálculos de Berners-Lee, un año de actividad de correo electrónico normal equivale a 150 toneladas de CO2 en la atmósfera, o en términos más tangibles, sería comparable a que todos los usuarios de internet manejaran un automóvil por 200 kilómetros.
Además, debemos considerar la energía utilizada por las grandes compañías para mantener nuestros correos en sus servidores y la electricidad que gastamos al consultarlos.

¿Cómo podemos reducir la contaminación?
Aunque la contaminación de los correos electrónicos no es la principal amenaza para el planeta, nuestras pequeñas acciones pueden marcar la diferencia. Eliminar correos antiguos, borrar correos no deseados y resistir la tentación de responder a mensajes innecesarios son pasos simples pero efectivos.
En palabras de Berners-Lee, esta es una oportunidad para abrir una conversación sobre «los beneficios de eliminar toda la clase basura de nuestras vidas». La próxima vez que te pidan responder con un simple «recibido», considera el impacto ambiental y contribuye a cuidar nuestro planeta.
Con información de Sopitas