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Justo cuando creíamos que la humanidad ya no tenía remedio, la enfermera Taylor Pikkarainen nos ayudó a recobrar nuestra fe, pues donó uno de sus riñones a un niño de 2 años que tenía insuficiencia renal.
Taylor conoció a Bodie, en Minnesota, y tras conocer su historia comenzó a mover todo para donarle su riñón.
Bodie nació con síndrome nefrótico congénito, afección que provoca que el cuerpo del pequeño descargue demasiada proteína en la orina y lo coloca a un paso de una insuficiencia renal.
“Estaba sentada allí y rápidamente busqué los efectos secundarios para mí como donante, por ceder un riñón. Siempre existe un riesgo con la cirugía, pero no hubo un mayor riesgo de enfermedad renal o insuficiencia renal”, dijo al programa ‘Good Morning America’.
Al principio quiso mantenerlo en secreto, sin embargo, tuvo que decirles a los papás de Bodie que ella sería el donante. La familia le envió un oso de peluche en agradecimiento a su buen acto “no podíamos creerlo, de verdad, que alguien a quien apenas conocemos y ni siquiera un miembro de la familia estuviera tan dispuesto a dar uno de sus órganos”, dijo la mujer.
La cirugía se llevó a cabo con unos meses de retraso por la pandemia de covid. Sin embargo, los dos se encuentran bien y la enfermera dijo que se sentía agradecida al ver que el bebé era feliz.
Con información de Sopitas