Almanaque / @AlmanaquePuebla Tras la reactivación del turismo en Colombia, los propietarios de la única funeraria en la isla de San Andrés, en el departamento Archipiélago, Providencia y Santa Catalina, se contagiaron de COVID-19 y ahora no hay quién entierre a sus muertos, informó el diario El Tiempo. Desde agosto la isla vive un aumento acelerado de la pandemia, pues en pocas semanas ascendió de 115 a 293, además de nueve defunciones. Entre los casos positivos se encuentra la dueña de la única funeraria en esta comunidad, quien se encuentra internada en estado de gravedad y tuvo que ser trasladada a Colombia. Uno de sus hijos también contrajo SARS-CoV-2, por lo que solo hay una persona atendiendo el servicio que se encuentra colapsado. En los últimos días se han acumulado siete cadáveres, por lo que la Secretaría de Servicios Públicos solicitó operadores de otras ciudades para hacerse cargo de los cuerpos, mientras terminan la construcción de 700 bóvedas en el panteón. «Estamos cortos de personal que conozca los protocolos para los embalajes de personas muertas por covid-19 y enterrarlos. Estamos terminando un nuevo horno incinerador para cumplir con los protocolos», dijo Everth Hawkins, gobernador del departamento Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina. «No podemos dejar a la gente que se nos pudra. Eso propaga más el virus», agregó. Debido a la emergencia, las autoridades anunciaron un toque de queda de las 5 de la tarde a las 5 de la mañana del siguiente día en todo el territorio. Asimismo, indicó que este viernes se habilitarán 17 nuevas camas de unidad de cuidados intensivos, y que se está terminando la construcción de 700 bóvedas en el cementerio, así como la adquisición de contenedores fríos. Con información de RT]]>
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