En un giro sorprendente de los esfuerzos por mantenerse jóvenes, un millonario cuya identidad se mantiene en secreto lleva a cabo un controvertido experimento para prolongar su vida. Este empresario dedicado a la tecnología se inyectó la sangre de su propio hijo adolescente en un intento desesperado de alcanzar la eterna juventud. Y, según sus propios cálculos, ¡parece estar funcionando!
Además de este extraño ritual vampírico, el hombre invierte aproximadamente 2 millones de dólares al año en seguir una estricta dieta vegana, rutinas de pastillas, vitaminas, exhaustivos estudios clínicos, ejercicio riguroso y un monitoreo meticuloso del sueño.
Este excéntrico personaje se presenta como «el hombre más medido del mundo» y ha amasado su fortuna invirtiendo en tecnología. Hace algunos años, fundó el Proyecto Blueprint, una empresa dedicada a la búsqueda de la juventud eterna a través de mediciones exhaustivas e invasivas del cuerpo humano.
Aunque podemos reconocer su valentía al ser su propio conejillo de indias, no podemos ignorar que su experimento roza lo inverosímil. Un equipo de más de 30 médicos supervisan todos sus movimientos y ha sido sometido a más de 33 mil estudios clínicos. Además, toma 80 pastillas al día como parte de su rutina.
Según este millonario de 45 años, su envejecimiento se ha detenido por 31 años, lo que teóricamente le permitiría vivir más de 110 años. Afirma tener el corazón de un hombre de 37 años, la piel de uno de 28 años y la capacidad pulmonar de un joven de 18. Además, asegura haber eliminado las canas y tener los niveles de testosterona propios de un hombre de 25 años.
Si bien estos números se basan en estudios clínicos, lo que resulta verdaderamente alarmante es que el millonario está inyectándose sangre de su hijo de 17 años. Además de su propio hijo, ha utilizado sangre de otros jóvenes que, según él, cumplen con estrictos estándares físicos. En un impactante video que se ha viralizado rápidamente, se le ve compartiendo plasma sanguíneo con su hijo y su padre para evaluar los resultados en su propio proceso de envejecimiento.
El millonario se basa en un controvertido estudio que demostró que la inyección de sangre de ratas jóvenes en ratas ancianas reducía su edad aparente. Sin embargo, los resultados de este estudio en humanos aún no han sido probados y son considerados tan arriesgados que pocos hospitales estuvieron dispuestos a llevarlos a cabo.
A medida que este millonario continúa su búsqueda de la juventud eterna, ya sea a través de su dieta diaria de pastillas o sus costosos estudios clínicos de 2 millones de dólares al año, nos enfrentamos a una tendencia preocupante. Parece que las élites económicas del mundo están invirtiendo en la posibilidad de vivir para siempre.
Aunque el deseo de prolongar la juventud es comprensible, es fundamental abordar estas prácticas con cautela y ética. La comunidad científica y médica deben analizar los riesgos y beneficios de tales experimentos extremos, garantizando que cualquier avance en la búsqueda de la juventud eterna se base en fundamentos científicos sólidos y prioritarios estándares de seguridad y bienestar.
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Con información de Sopitas
Foto: bryanjohnson_
