Jesús Ríos, dueño del helicóptero robado en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), fue secuestrado en Cuernavaca, Morelos, y continúa privado de su libertad pese a que ya pagaron cuatro millones de pesos por su rescate, denunció su hermano Miguel Ríos.
En entrevista con la periodista Azucena Uresti para Grupo Fórmula, Miguel Ríos reveló que Primero pidieron 10 millones, luego 8, por lo que al final pagaron cuatro millones.
Su hermano se dedica a rentar y pilotear aeronaves desde el Aeropuerto de Cuernavaca, por lo que hace unos días recibió una llamada de un supuesto cliente interesado en un vuelo.
De acuerdo con Milenio, para realizar dicho servicio, el capitán Jesús Ríos contrató a un primer oficial, de quien tampoco se conoce su paradero, para que le ayudara a asistir el vuelo, sin embargo, terminaron siendo secuestrados.
«Mi cuñada no le marcó a mi hermano porque seguramente estaba volando, ella calculó el tiempo y supuso que se comunicaría. Esperó hasta el otro día, ahí fue cuando recibió una llamada, pero era mi hermano para decirle que juntara todo el dinero que pudiera», relató.
Ella intentó volver a comunicarse con Jesús Ríos, pero no lo pudo contactar, por lo que decidió acudir ante la Fiscalía de Morelos para levantar la denuncia. «Las autoridades le dijeron que no podían levantar una denuncia debido a que mi hermano le marcó a mi cuñada, que seguramente estaba de fiesta».
«Ante la impotencia, mi cuñada se regresó a Ciudad de México, al otro día le llamaron y le colgaron, después le mandaron mensajes, ‘junta los papeles, yo estoy bien’ y borraron el mensaje (…). Le volvieron a mandar más mensajes, le pidieron que vendiera las aeronaves y juntara 10 millones de pesos, ella no sabía qué hacer y nos llamó a los hermanos», reveló.
«Hay una ficha de búsqueda, pero como secuestro no aparece la denuncia. No juntábamos el dinero, mi cuñada vendió su casa, carros, motos. Vender una aeronave no es fácil, es un proceso complicado (…). Primero pidieron 10 millones, luego 8 y al final pagamos 4 millones», aseveró.
La familia sospecha de una mujer llamada Leticia Reyes Tapia que era quien le conseguía los clientes a su hermano, ya que casualmente cuando ella llegaba a la casa, le marcaban.
«El 2 de julio fue la última llamada, de hecho, fue videollamada, mi hermano estaba amarrado (…). Nos mandaron las instrucciones de dónde entregar el dinero, cuando lo entregamos nos dijeron que en Galerías Cuernavaca estaría el capitán, pero estuvimos hasta las 10:00 horas y no lo encontramos», narró.
Días después, una persona «que trabaja en el AICM» le habló a su cuñada para decirle «qué cree, ya no está el helicóptero».
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