En la calle 14 Oriente del municipio de San Andrés Cholula conocida como la calle de los antros de Cholula, ha sido detectado un nuevo fenómeno que pone en riesgo a los poblanos: la sumisión química.
La académica de la IBERO Puebla, la Dra. Claudia Alonso González habló sobre este fenómeno que consiste en el sometimiento de la voluntad de una persona a partir de la administración de sustancias químicas.
Alonso González detalló que el GHB, la burundanga, también conocida como escopolamina; y benzodiacepinas son sustancias comúnmente puestas en bebidas alcohólicas para cometer algún tipo de abuso, violencia sexual o robo.
La Doctora explicó que entre la sintomatología de la sumisión química se encuentran una sedación rápida, pérdida de memoria, obedecer órdenes sin oponerse, sequedad en la boca y la sensación de haber ingerido demasiadas bebidas alcohólicas sin haberlo hecho.
Otros síntomas pueden ser dificultad respiratoria, taquicardias, hipotensión, convulsiones, aumento en la temperatura corporal, dificultad del movimiento y vómito.
“Tenemos un subregistro significativo justamente por cómo ocurre la administración de sustancias: genera una suerte de amnesia durante muchas horas, lo que significa que cuando la persona recobre la consciencia, puede inferir que le ocurrió algo por el escenario en el que despierta, pero no sabe qué ocurrió. Entonces, no sabe qué denunciar”, dijo la académica.
Para evitar sufrir algún tipo de riesgo por este tema, Alonso González emitió las siguientes recomendaciones:
- Pedir que tus bebidas alcohólicas sean abiertas frente a ti para verificar que no hayan sido alterada previamente.
- Generar una red de autocuidado con tu grupo de amigos, en la que una persona quede designada para actuar ante casos de sumisión química.
- Evita perder de vista tus bebidas y alimentos, de preferencia, termina todo antes de levantarte de tu mesa o siempre ten contigo lo que consumas.
- No aceptar comida o bebidas que no pediste.
- Verificar que las botellas que se consuman cuenten con la etiqueta de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), y que esta misma no esté alterada.
En caso de que detectes una botella de alcohol adulterado, puedes emitir una denuncia en el portal de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris).
¿Cómo se castiga la sumisión química en Puebla?
El Estado de Puebla ha dado pasos significativos en la lucha contra la sumisión química al incorporar rigurosas sanciones en su Código Penal. Específicamente, se ha clasificado como una forma de abuso sexual en Puebla, lo que resulta en penalidades estrictas para aquellos que se involucren en este tipo de conducta ilícita.
El artículo 261 establece que el acto de drogar a individuos con la intención de abusar de ellos será castigado con penas que oscilan entre 6 y 10 años de prisión. Además, se impondrá una multa con un monto aproximado de 20,748 pesos.
Un paso aún más significativo se ha dado en el artículo 272, donde se ha equiparado el abuso sexual mediante «sumisión química» al delito de violación. Esto puede resultar en penas de prisión que van desde 10 hasta 40 años, acompañadas por multas que fluctúan entre 12,448 a 124,488 pesos.
El artículo 278 , por su parte, establece disposiciones específicas para casos donde la víctima de «sumisión química» sea menor de edad y sea hostigada sexualmente. En tales circunstancias, el responsable se enfrentará a una condena de prisión que puede variar entre 6 y 10 años, junto con una multa que que oscilan entre 10,374 a 51,870 pesos
¿Qué es la Burundanga?
La burundanga, también conocida como escopolamina, es una sustancia que proviene de la planta del beleño (Scopolia), que se encuentra principalmente en América del Sur. Esta droga ha ganado notoriedad debido a sus efectos extremadamente peligrosos y potencialmente mortales.
La burundanga es conocida por ser un potente agente de control mental y sedación. Se dice que puede dejar a las personas en un estado de amnesia y sumisión, lo que ha llevado a su uso en casos de delitos como robos, agresiones sexuales y secuestros. La sustancia suele ser administrada a las víctimas de diversas formas, como en bebidas, alimentos o incluso inhalada en forma de polvo.
