A finales de julio del año 2000, Puebla se cimbró con un asesinato brutal. Un guardia de seguridad de un banco mató a una mujer que por la noche acudió a retirar dinero. Antes de ello la violó en repetidas ocasiones y luego abandonó el cuerpo en las escaleras de la Tesorería Municipal, a unos metros del zócalo de la capital.
Dicen que la justicia es ciega y por eso llega tarde. Veintidós años después, Fabian N. recibió una sentencia de 50 años por el crimen atroz que cometió.
El periodista Paulo Yolatl publicó parte de la historia. La victima era una trabajadora del Sears que se encuentra en la 3 poniente en el Centro de Puebla. Al concluir su horario laboral se dirigió al Bancomer de Reforma. Al intentar retirar dinero del cajero tuvo problemas y el guardia de seguridad le ofreció ayuda.
Fabian la convenció de ingresar al banco para solucionar su problema, a pesar de que en el interior no había ejecutivos que ayudaran.
Al ingresar, la atacó sexualmente varias veces y luego la mató. Con un cable de una computadora la asfixió. Luego tomó la tarjeta de débito y retiró dinero.
Como si eso no fuera suficiente, la envolvió en una sábana blanca y dejó el cuerpo en las escaleras de la Tesorería Municipal.
Días después, el guardia de seguridad de la empresa Águilas Doradas fue detenido. La entonces Procuraduría General de Justicia rastreó los movimiento de la tarjeta y descubrieron que el sujeto compró en un Oxxo unos condones.
Dos décadas después, el responsable de este feminicidio recibió una sentencia de 50 años, por lo que le faltan 28 años para cumplir su sentencia.
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