CRÓNICA
Puebla vive una jornada intensa este #8M2022, movilizaciones desde la mañana con la Voz de los Desaparecidos, más tarde las defensoras del agua, después el Bloque Negro y el Frente Radical Feminista, y por último, pero no menos importante las mujeres diversas.
Aunque son varios grupos, todas exigen lo mismo «justicia», «alto a la violencia contra las mujeres». Cansadas del patriarcado, que los hombres sean los que hacen las leyes para ellas.
Puebla se pintó de morado por las miles de mujeres que marcharon en la ciudad conservadora históricamente. Desde el cielo se observa un río lavanda entre las que marchan y las bugambilias de las principales de la ciudad.

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En la Fiscalía General del Estado empiezan a congregarse las primeras mujeres, unas vestidas completamente de negro, son del Frente Radical Feminista. Algunas son madres que marchan con sus hijas, otras marchan por ellas.
A ellas se les unen otras poblanas, algunas llegan en grupos, el resto solas. Llevan consigo mismas pancartas, pañuelos verdes y morados.
De a poco el frente de la FGE, ese organismo que está destinado a protegerlas, está blindado por policías. Cansadas de la violencia contra ellas, empiezan a marchar.
Con el puño en alto, gritando y reventando vidrios en la línea tres del RUTA, las feministas separatistas se hicieron escuchar por las calles de la ciudad este 8 de Marzo.
En la caminata van las familiares de víctimas de feminicidio, ellas van adelante. el dolor se convierte en valentía. Por Israrve Cano, por Paulia Camargo, por Liliana Lozada, por María Isabel, la niña indígena asesinada en Zoquitlán.
«¡Mujer escucha, esta es tu lucha» «¡Escucha, hermana, aquí está tu manada!» y «¡Amiga, hermana, si te pega no te ama!», son algunas de las consignas que lanzan a lo largo del bulevar 5 de Mayo, la vialidad más transitada de Puebla.
Al llegar la centro, desde sus balcones, mujeres ondean banderas moradas en apoyo al movimiento feminista.
Incluso las llamadas naranjitas, aplauden a las mujeres que marchan.
Una vez en el zócalo, el contingente se dirige al Congreso de Puebla. A diferencia del año pasado, esta vez no caen en provocaciones. Pero, también el edificio está blindado por policías mujeres.
Ahí se concentran, entonan «Vivir Sin Miedo» y leen un pronunciamiento en el que exigen a las autoridades trabajar en acciones que disminuyan las cifras de violencia qué hay contra de las mujeres.
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A unas calles del Poder Legislativo, se reúne otro gran número de mujeres, pero en esta ocasión son diversas, incluyentes.
Llegan mujeres trans, amigas, hermanas, primas, hijas y madres, se congregan en El Gallito, se preparan para iniciar su marcha al zócalo, resguardado por muros de madera.
La marea púrpura atiborra la avenida Reforma desde la 11 Norte, no caben, son demasiadas,
La piel se eriza al ver a tantas mujeres, niñas y adolescentes unirse al contingente.
«Vivas se las llevaron, vivas las queremos», «abajo el patriarcado se va a caer», «aborto si, aborto no, eso lo decido yo», y bailes, hacen vibrar cada rincón del Centro Histórico para mostrar la unión de las mujeres y su lucha constante por la igualdad.
Pasadas las 17:30 horas, llegan a la Comisión de los Derechos Humanos de Puebla, pero el edificio está cerrado, nadie las atiende. Son ignoradas.
Al final, todos los contingentes se reúnen en el zócalo de la Puebla de los Ángeles y de las hermanas Carmen y Natalia Serdán.
Algunas feministas entregan rosas a las mujeres policías que resguardan el palacio municipal.
Una vez en el zócalo, algunas logran derribar los muros de madera que cubrían la maqueta del primer cuadro de la ciudad. De a poco la marea morada se dispersa.
Ni el grupo de fanáticos religiosos que cuidan la catedral, ni los elementos que resguardan los edificios, ni las personas que las ignoran, ni la injusticia las calla.
A ellas les sembraron miedo, pero les crecieron alas.
Por: Jared Carcaño y Jacqueline Steffanoni
Fotos: Jafet Moz
