El estado se ha caracterizado por ser conservador, sin embargo, en los últimos años las manifestaciones feministas en Puebla han tomado mayor relevancia y miles de mujeres se han sumado cada año para alzar la voz y exigir un alto a la violencia de género.
Hasta el momento no existe un documento que revele con exactitud cuándo fueron las primeras protestas por el Día Internacional de la Mujer (8M) en el estado, por lo que la información a la mano es gracias al trabajo de las colectivas, activistas y medios de comunicación.
En entrevista con ALMANAQUE, Laura Serratos, psicóloga y miembro de «El Taller», consideró desde su perspectiva como feminista que la violencia machista fue uno de los detonantes para que las movilizaciones fueran incrementado gradualmente.
Narró que la “Escuela Feminista”, una iniciativa que impulsó hace 11 años «El Taller», fue una de las primeras actividades que se llevó a cabo en la capital para abordar el feminismo, aunque, continuaba siendo un tema tabú que poco se tocaba en los diferentes círculos sociales.
Laura contó que de igual forma conoció a unas chicas que organizaban protestas, aunque según sus versiones, únicamente llegaban alrededor de 20 asistentes, por lo que las movilizaciones no tenían gran trascendencia.
“En ese entonces yo conocí a un grupo de chicas que me decían: «es que convocamos a marchas, convocamos a manifestaciones y solo llegan 20″”, expresó.
Fue en 2016, cuando la manifestación “Primavera Violeta” logró reunir a gran cantidad de mujeres, por lo que las organizadoras se vieron rebasadas y el evento se salió de control.
De aquella mala experiencia, se dieron cuenta que debían que tener una planeación y logística para futuras ocasiones.
A partir de ese año comenzaron a crecer exponencialmente las movilizaciones y fue en 2020, justo antes de la pandemia por coronavirus cuando se vio una de las protestas por el 8M más grandes.
Miles de mujeres, acompañadas de sus hijas, hermanas, primas, amigas, se dieron cita y tomaron las calles para exigir un alto a las diferentes modalidades de violencia.
Dos años después sucedió algo similar, casi ocho mil mujeres salieron a manifestarte en el municipio de Puebla y al interior del estado, a pesar de que a nivel mundial continuaban los estragos derivados de la pandemia por COVID-19 que azotó a nivel mundial.
Según datos de la Secretaría de Gobernación estatal, en el interior del estado hubo 31 marchas con la participación de 3 mil 700 mujeres, mientras que, en la capital, fueron 14 organizaciones feministas con un total de 4 mil mujeres.
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Laura Serratos consideró que la gran participación de mujeres es reflejo de qué, durante los dos años de confinamiento se crearon redes de apoyo que les permitieron seguir en contacto.
Además, el reconocimiento y difusión institucional de los diferentes tipos de violencia también permitió llegar a más mujeres y fue un gran avance en la lucha, ya que se está visibilizando la problemática que vive este sector poblacional.
La Marcha de las Putas
A la par de que fueron aumentando las participantes en las movilizaciones feministas por el 8 de marzo, comenzaron a darse otras protestas, por ejemplo la «Marcha de las Putas» o la protesta del 28 de septiembre, Día de Acción Global por un aborto legal y seguro.
En lo que respecta a la «Marcha de las Putas», el movimiento tuvo su origen en Canadá en enero del 2011, luego de los polémicos comentarios de un policía que aseguró que «las mujeres debían evitar vestirse como ‘putas’ para no ser víctimas de la violencia sexual».
A partir de ese momento, el movimiento cobró fuerza en otros países además de Estados Unidos, como México, Australia y Brasil.
En Puebla, la primera «Marcha de las Putas» fue el 26 de junio del 2011 y a partir de ahí es un evento que se lleva acabo anualmente.
¿Qué sigue después de las manifestaciones feministas en Puebla?
Al ser cuestionada sobre cuales considera que son las acciones a implementar una vez que concluyeron las manifestaciones feministas en Puebla por el 8M, Laura contestó que es importante seguir ejerciendo la vida con normalidad y apostar por pequeñas acciones que impulsen a un cambio, aunque, sin evitar una gran auto presión.
Es de resaltar que no existe un manual para ser feminista, incluso, no necesitas autodenominarte así para buscar una sociedad que proporcione mejores condiciones para las mujeres.
La diversidad de mujeres que hay en el mundo es tanta, que cada una puede aportar a la lucha desde su trinchera, como ama de casa, maestra, abogada, activista, doctora, enfermera, la intención y sororidad entre todas irá dando frutos gradualmente.
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