Uno de los grandes errores de Morena en Puebla fue la apertura que tuvo para la afiliación de exmilitantes del PRI de dudosa reputación como Alejandro Armenta, Saúl Huerta, Ignacio Mier o Héctor Alonso Granados.
De la misma forma que pasó a nivel nacional, el Movimiento Regeneración Nacional se pervirtió en la entidad poblana ante la inminente irrupción de Andrés Manuel López Obrador al poder en el 2018.
En el barco lopezobradorista cabían todos sin importar sus antecedentes o pasados tenebrosos.
Poco a poco, el instituto marrón se prostituyó y perdió la esencia con la que fue fundado en el 2013 y con la que dos años más tarde alcanzaría su registro como partido político nacional.
En las elecciones del 2018, Morena a nivel local hizo una mezcla de ideologías y personajes en la que desde morenovallistas como Fernando Manzanilla, José Juan Espinosa o Guillermo Aréchiga, hasta marinistas como Alejandro Armenta o Nancy de la Sierra, fueron postulados para llegar al Senado de la República, la Cámara de Diputados o el Congreso del estado.
La verdadera militancia quedó excluida y tuvo que abrirle el paso a este grupo de advenedizos.
Si bien el bloque pareció unido en esos comicios, el ensamble duró menos de seis meses cuando los oportunos y arribistas se quitaron las máscaras para venderse al siniestro Rafael Moreno Valle y a su esposa Martha Erika Alonso una vez que los magistrados del TEPJF validaron el fraude contra Miguel Barbosa.
La comunión en el Movimiento Regeneración Nacional, como sus neomilitantes, era simulación pura.
A tres años de los comicios sucesorios del 2024, Morena corre el riesgo de repetir los mismos errores del pasado.
Y es que, el amago del impresentable Enrique Doger de enlistarse en las filas de Morena es, sin duda, una bandera roja que no se debe ignorar en el partido del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Más allá de su historial por todos conocidos de corrupción, quebranto de las arcas públicas, asociación delictuosa y demás crímenes cometidos a su paso por la BUAP, el Ayuntamiento de Puebla o el IMSS, Doger Guerrero es uno de los principales detractores en la aldea del presidente de la República y del gobernador Miguel Barbosa.
Por si Aristóteles Belmont y Carlos Evangelista, los esbirros de Ignacio Mier que dominan el Comité Ejecutivo Estatal morenista y quienes impulsan la afiliación del “Sultán” Doger, ya lo olvidaron o su corta memoria les hizo una mala pasada, solo basta con recorrer las redes sociales del aún priista para darse cuenta lo que este opina de AMLO y de Barbosa Huerta.
Para Enrique Doger, quien ahora coquetea de manera cínica con Morena de la mano de su socio y cómplice Nacho Mier, López Obrador es un “caudillo autoritario e iluminado”, un “mesías populista”, un “megalómano”, “un intolerante autoritario con barniz mesiánico-religioso (sic)”.
El nefasto candidato fallido a gobernador del tricolor bautizó al tabasqueño con su sarcasmo barato y vulgar como “AMLO Corleone”.
¿“El Sultán” Doger seguirá pensando lo mismo del presidente de la República o ahora se tendrá que tragar sus propias palabras para lamerle las suelas a cambio de que lo deje ingresar a su partido?
Por si fuera poco, Doger Guerrero también ha tenido el despropósito de atacar de manera sistemática a Miguel Barbosa, el primer morenista de la entidad poblana y quien se mantiene en los afectos de López Obrador a pesar de las grillas que personajes como el propio Mier han hecho en su contra frente al titular del Ejecutivo federal.
Como olvidar que, en las elecciones del 2018, el indecente exrector de la BUAP atacó a mansalva a Barbosa y a López Obrador para hacerle de esquirol de los Moreno Valle.
Qué equivocado está Nacho Mier si piensa que los militantes de Morena no tienen memoria o ya olvidaron todas las ofensas de su socio en contra del líder moral del movimiento y de uno de sus gobernadores más respetados del país.
Morena está a tiempo de cerrarle las puertas a un impresentable como Enrique Doger y evitar que la historia del 2018 se repita.
Ahí tiene al Soldadote Armenta como el ejemplo perfecto de las locuras de los expriistas infiltrados en el partido.
¿Con estas credenciales Enrique Doger aún tiene el cinismo de intentar incorporarse al partido lopezobradorista?
¿Es tal la desesperación del “Sultán” para humillarse y besarle la mano “AMLO Corleone”?
Tantita dignidad, “doctor”.
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