Los principios de la Cuarta Transformación dictan “no robar, no mentir y no traicionar al pueblo”. La ex presidenta municipal, Claudia Rivera Vivanco no cumplió con ninguno de los preceptos dictados por su líder Andrés Manuel López Obrador.
La Auditoria Superior del Estado emitió el informe de la Cuenta Pública 2020 del gobierno morenista, en el que se observó el ejercicio de más de mil 800 millones de pesos, de los cuales 800 millones son daño patrimonial al erario de la ciudad de Puebla.
Para nadie es sorpresa que haya existido corrupción en la pasada gestión municipal. Lo que es escandaloso es la cifra multimillonaria que no se comprobó ante el cúmulo de irregularidades detectadas.
ALMANAQUE publicó dos entregas de las anomalías detectadas. En la primera de ella dimos cuenta de las cifras totales del escandaloso informe compuesto por 900 páginas que contiene 142 pliegos de observación y 52 solicitudes de aclaración.
Compras, obra pública, apoyos sociales e informes financieros tienen observaciones en el ejercicio del gasto.
Este grupo de servidores públicos se despacharon con la cuchara grande y hay casi 100 millones de pesos irregulares.
Las despensas que se entregaron a las familias vulnerables son irregulares al no tener padrones.
Claudia Rivera ofreció el pago de luz a poblanos que perdieron su empleo, pero nunca entregó los padrones de beneficiarios para comprobar el gasto de 2.5 millones de pesos.
La Auditoria pidió documentos sobre la compra de insumos médicos por más de 11 millones de pesos, pero no hay información de que su existencia en el inventario del municipio.
Y si lo anterior no fuera grave, tampoco se entregaron los padrones de beneficiarios de apoyos sociales.
Claudia Rivera y los funcionarios responsables deben responder ante la justicia por el saqueo a las finanzas de Puebla capital.
Con todo este expediente podemos entender por qué la ex presidenta municipal quería aferrarse en el cargo y reelegirse, pues otros 5 mil millones de pesos anuales serían el negocio de su vida.
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