Las abuelas decían “si hay hambre que no se note”.
Dignidad y congruencia es algo de lo que carece el marginal bloque opositor del gobernador Miguel Barbosa al interior de Morena.
Los enanos que buscan rebelarse en la aldea a diario se exhiben como mezquinos y dejan clara que su calidad moral está por los suelos.
Están moralmente derrotados (López Obrador dixit).
Y es que, los detractores del mandatario poblano son siempre los primeros en formarse en el tradicional besamanos y en rendirse ante los pies del residente de Casa Aguayo.
Pero, también son los primeros en injuriar, conspirar y en hablar a las espaldas del gobernador de Puebla y de su administración.
La tradicional comida de inauguración de la temporada de los Chiles en Nogada organizada por el gobierno del estado dejó claro que los limitados detractores de Barbosa Huerta bailan al son que él los toque.
Dos días después de tramar la emboscada en contra de los diputados locales barbosistas que aprobaron la actualización a las tarifas del agua en Puebla capital y la zona metropolitana, los incongruentes Iván Herrera y Daniela Mier estuvieron presentes en la reunión en el Museo de San Pedro, en la que el gobernador Barbosa fungió como anfitrión de diferentes empresarios, miembros de su gabinete, ediles, legisladores y empresarios de medios de comunicación y periodistas.
Sin importar que sus jefes políticos, la repudiada Claudia Rivera y el inútil Ignacio Mier, fueron los autores intelectuales que azuzaron las agresiones físicas y verbales en contra de los legisladores locales de Morena y del PT, que materializaron los porros Jorge Méndez y Marcos “Vivales” Mazatle, Herrera Villavicencio y Mier Bañuelos se presentaron muy puntuales, muy perfumados, muy arreglados, pero también muy hambreados a la comida de chiles en nogada del gobierno barbosista.
Con una desfachatez inaudita que exhibe en sus acercamientos con otros correligionarios de Morena, Iván Herrera se dice abiertamente partidario de Mier Velazco, a quien catalogo como “su candidato” y que ya “se la va a jugar con él en la renovación del Consejo Político y de la dirigencia estatal”, pero también le gusta bailar al son de Miguel Barbosa y rendirse ante sus pies cada vez que el mandatario poblano le truena lo dedos.
Herrera pudo salir del estercolero en el que trabajaba como cuidador de marranos en Ocoyucan, pero el oficio de palear excremento jamás salió de él.
El caso de Daniela Mier es de un verdadero análisis político y psiquiátrico, pues mientras su padre vive una severa crisis y una caída libre que lo tiene al borde de la desgracia, ella se placea en todos los actos, ceremonias y no falta a ninguna invitación del gobernador de Puebla.
La constante dualidad de la hija de Nacho “Mala Fama” Mier sería cómica si no fuera de un cinismo de grandes vuelos.
Mier Velazco, como todos lo sabemos, tiene una guerra abierta en contra de Miguel Barbosa desde que este inició su administración en el 2019, la cual, sobra decirlo, ha perdido en todas y cada una de las batallas que ha enfrentado.
El General Mier no es respaldado ni apoyado por su propia hija.
Qué poco entienden de lealtad y de política la familia Mier Bañuelos.
Mejor descripción no pudo encontrar el gobernador Miguel Barbosa para describir a sus opositores enquistado en Morena:
“Son desempeños porriles y marginales”.
Más cornadas da el hambre, diría el clásico.
Otra estampa que tampoco pasó desapercibida en la comida de los Chiles en Nogada que organizó el gobernador Barbosa fue el desprecio que la cúpula política de Puebla siente por Alejandro Armenta.
El ahijado de Mario Marín fue testigo en carne propia que en Morena jamás dejará de ser visto como un advenedizo y un traidor, pues en la mesa a la que fue asignado (fuera del presidio de honor en donde fueron colocados los aspirantes Olivia Salomón, Eduardo Rivera, Héctor Sánchez y Sergio Salomón Céspedes) nadie se quiso sentar junto a él y las sillas vacías fuero el marco perfecto de su desprestigio.
Entre los invitados empezó a correr la frase jocosa de “Más solo que Armenta” para burlarse del marinista.
Armenta Mier es otro politiquillo que baila al son que Barbosa le toca.
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