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La pipitilla porril de Morena

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Cuando el discurso es carente y las palabras son escasas, la violencia es el único argumento al que recurren los marginales y limitados para evadir un debate público.

En la aldea los porros doblados a políticos son una plaga que en los últimos años han lastimado de manera irreparable al Movimiento Regeneración Nacional.

Para nadie es un secreto que la izquierda en Puebla, y en el resto del país, siempre se ha caracterizado por la algidez y la beligerancia de sus formas y métodos.

La perredización de Morena era un camino inevitable en la madurez del partido que Andrés Manuel López Obrador fundó en el 2014 para labrar su camino al poder.

A diferencia del PRI, como en este mismo espacio lo explicamos, donde el jefe político, el presidente del país, ponía orden y disciplina hacia el interior del tricolor, AMLO manda las señales desde Palacio Nacional que no tiene problema alguno en que los distintos grupos políticos hacia el interior de su partido estén en constante encono, y hagan relucir sus diferencias ante la opinión pública.

En Puebla esto es bastante evidente.

La rebelión de los enanos en la aldea es una muestra clara de ello.

La emboscada a los diputados locales de Morena identificados con el gobernador Miguel Barbosa del pasado sábado durante la reunión organizada por Esthela Damián a favor de su jefa Claudia Shemibaum en Puebla, que planearon Claudia Rivera e Ignacio Mier –la nueva dupla de inmorales que siguen boicoteando al mandatario poblano–, dibuja a la perfección que la violencia es el único recurso con el que cuenta la pipitilla de Morena para recuperar presencia rumbo a la sucesión del Consejo Político y de la dirigencia estatal.

La imagen del cobarde y miserable ataque físico y verbal del impresentable Jorge Méndez en contra el diputado Fernando Sánchez Sassia, quien recibió una cachetada del padre de David Méndez y esposo de Rosa Márquez retrata la desesperación que vive esta familia de traidores y esbirros que un día decidieron darle la espalda a Barbosa Huerta luego de él lo rescató de la mediocridad en la que habían caído desde hace años.

La agresión a Sánchez Sassia confirma que la familia Méndez Márquez jamás dejarán de ser unos salvajes y unos porros que consiguieron réditos y dádivas desde sus tiempos en la BUAP y después en la a Secretaría de Desarrollo Social en el sexenio de Ernesto Zedillo.

No por nada a Rosa Márquez, esposa del porro Jorge Méndez, la bautizaron como “Rosa Salvaje”, inmortalizada así por Beatriz Gutiérrez Müller, esposa de López Obrador.

¿O alguien recuerda a Jorge Méndez, a Rosa Márquez o a David Méndez por algún discurso público memorables durante los gobiernos priistas o panista, por algún mitin o alguna asamblea multitudinaria o algún programa social a favor de los pobres que ahora dicen defender por el aumento del 4% a las tarifas del agua?

La acción concertada para demeritar la imagen del barbosismo del pasado sábado terminó una vez más en un verdadero fiasco por parte de los conspiradores Claudia Rivera y Nachito Mier, quienes fueron los verdaderos autores intelectuales de los ataques contra los legisladores locales, que un día antes votaron a favor de la actualización del cobro del servicio del agua en la capital y la zona metropolitana.

Y es que la peor alcaldesa en la historia de Puebla y el inútil coordinador de los diputados federales morenistas demostraron su diminuto tamaño como políticos al ordenar las agresiones ejecutadas por sus esbirros Saturnino Gómez, consejero de Morena; “René”, secretario particular del fantasmal líder charro de Morena Aristóteles Belmont; Marcos Mazatle, mejor conocido como “El Vivales”, y Rafael Ramírez, militante de medio pelo del PT.

Por todas las vías, la repudiada Rivera Vivanco y el inútil “Mala Fama” Mier han intentado dinamitar a Miguel Barbosa y jamás han logrado, si quiera, hacerlo tambalear.

La violencia ahora es su única arma.

La pipitilla tiene en las cachetadas, las mentadas de madre y en los sombrerazos su única oferta para no ser desterrados de Morena en las asambleas distritales a celebrarse en los últimos días de este mes.

Porros y marginales.

Los mismos que se dicen víctimas de una persecución desde el poder y se dicen agredidos por violencia política de género.

Cuánta miseria en la tribu de los liliputienses.

Ver para creer.

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