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El gobernador Barbosa le tiende la mano a Ricardo Monreal

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Por: Gerardo Ruiz / @GerardoRuizInc

Bien dicen que Roma no se construyó en un día.

La operación cicatriz al interior de Morena no se iba a realizar en un día y mucho menos con la presencia de Ricardo Monreal como conciliador entre el barbosismo y los grupúsculos que encabezan la repudiada Claudia Rivera y el ahijado PRIcioso Alejandro Armenta.

Y es que tras el desmadre que Rivera Vivanco y Armenta Mier, a través de sus esbirros Édgar Garmendia y Carlos Evangelista, hicieron durante el proceso de selección de candidatos y el agandalle de las principales candidaturas, así como de las primeras posiciones plurinominales, el partido lopezobradorista en Puebla cayó en una severa crisis que lo tiene fracturado y dividido.

Ver: La cruzada absurda de Claudia Rivera contra los medios de comunicación

Por más que Monreal Ávila hizo su intento de signar una tregua entre el grupo Casa Aguayo, que tiene como cabezas a Gabriel Biestro y Eric Cotoñeto, con el infame binomio Rivera Vivanco-Armenta, las heridas abiertas no se iban a cerrar en un solo día.

Es más, la presencia del líder de los senadores de Morena en Puebla pasó tan desapercibida que hasta los propios textoservidores de la repudiada Claudia y del Soldado de las Derrotas Armenta intentaron calentar los ánimos sin ningún éxito.

Desde sus plumas asueldo, una más tibias que otras —todos sabemos cuáles son —, Rivera Vivanco y Alejandro Armenta lanzaron sus diatribas al desaire que Barbosa Huerta, Biestro Medinilla y el resto del equipo compacto le hicieron la gira del senador morenista que sueña con ser presidenciable en el 2024.

Una de ellas, la más tibia, aseguró que a pesar de la invitación que Ricardo Monreal extendió a Biestro Medinilla no hizo falta su presencia (¿entonces para dedicarle una columna a un sinsentido?) y que la ruptura con Claudia Rivera es verdaderamente una traición a Andrés Manuel López Obrador, al decir del mensaje del líder del Senado (¡Ah, chingá); y la otra, las más malversada, consideró que la división en Morena pone en riesgo la gobernabilidad en Puebla, ya que la inminente derrota del partido marrón el 6 de junio también llevará al gobernador Barbosa a perder la mayoría en el Congreso local.

Muy confundidos, por no decir que, en ridículo, quedaron los voceros de Claudia Rivera y de Alejandro Armenta luego de que el gobernador Barbosa celebró la visita del senador Ricardo Monreal a Puebla el pasado martes.

En su habitual mañanera, Barbosa Huerta, muy a su estilo retorico, exhibió a la repudiada Claudia y al marinista Armenta al recodar que él y su ahora padrino político se conocen desde hace casi tres décadas antes de que ellos siquiera figuraran en la escena pública.

Ver: Esta son las encuestas que Claudia Rivera le escondió al Sol de Puebla

“Reconozco la presencia de Ricardo Monreal, ha sido útil políticamente para Puebla, para Morena, es un hombre con enorme experiencia (…) no, sólo hablamos por teléfono, nos saludamos y eso fue el intercambio que tuvimos, Monreal y yo nos conocimos desde hace muchos años, desde que el ingresó al PRD en 1997 cuando yo me volví presidente estatal del PRD en Puebla”.

Y es que, por más que lo intenten Rivera Vivanco y Armenta Mier, a través de sus foquitas aplaudidoras, no van a lograr arrastrar a Miguel Barbosa a la catástrofe de Morena durante la jornada electoral del primer domingo de junio.

Alejandro Armenta y Claudia Rivera, quienes forjaron una alianza siniestra para descarrilar al mandatario poblano, serán los únicos responsables de que Morena pierda la capital del estado, la mayoría en el Congreso local, ocho diputaciones federales y las principales alcaldías de la zona metropolitana.

Ellos, nada más, se tendrán que hacer responsables y dar la cara ante la derrota del lopezobradorismo en Puebla.

Por más que el gobernador Barbosa no tenga la mayoría en la próxima legislatura, él será el titular del Ejecutivo por tres largos años más.

Además, el mandatario poblano tiene toda la capacidad de crear una bancada pluripartidista con la cual transitar y lograr la gobernabilidad necesaria para culminar su gobierno con buenas cuentas y en paz a pesar de los complots mongoles de Armenta, Fernando “Tigre Blanco” Manzanilla, Genoveva Huerta y la repudiada Claudia Rivera.

Barbosa Huerta, a lo largo de su carrera política en lo más alto de la esfera nacional, siempre se ha distinguido de crear consensos desde la oposición y sin mayorías absolutas. Así lo hizo como líder del PRD en el país y como presidente del Senado cuando fue aliado y crítico, dependiendo las circunstancias, de Enrique Peña Nieto.

En pocas palabras: Miguel Barbosa será gobernador, irremediablemente tres años más, y Claudia Rivera y Alejandro Armenta quedarán marcados por la derrota del 6 de junio del 2021.

Sus conspiraciones son cada vez peores, al igual que sus alianzas.

Solo la repudiada Claudia pensó que Armenta, quien la traición le corre por las venas, la iba a dejar reelegirse en el Ayuntamiento de Puebla al operarle los comicios en marcha.

“La Dama” resultó muy ingenua.

Ni Ricardo Monreal ni el gobernador Barbosa cayeron en la trampa lanzada por los marginales Armenta y Rivera Vivanco.

Ver: Vulgaridad, moches y mentiras hunden aún más a Claudia Rivera

Lo que les debería de preocupar ahora a estos dos liliputienses debe ser, más que seguir con sus intentonas baratas de minar a Barbosa, la derrota de Morena el 6 de junio.

Claudia Rivera se irá de Puebla, pero cómo le hará Alejandro Armenta para construir su candidatura al gobierno con el caos que provocó este año.

Anótenle otro ridículo más para los conspiradores.

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