Emulando a una de las entregas de Jorge Rodríguez, el director de El Sol de Puebla y tibio vocero de Claudia Rivera, en esta columna especularé sobre posibles empleos que la repudiada alcaldesa, quien vivirá su último día en la presidencia municipal de la capital, podrá asumir una vez que deje el Palacio del Ayuntamiento el último minuto de este jueves.
Para nadie es un secreto que Rivera Vivanco dilapidó en tiempo récord su carrera política, pues apenas en 36 meses dejó claro que no está capacitada ni cuenta con las actitudes y aptitudes necesarias para gobernar una de las ciudades más importante del país.
No por nada, la ex analista del INEGI fue catalogada como la peor alcaldesa de México desde el inicio y hasta el fin de su catastrófica gestión que deja a la Angelópolis en una severa crisis de gobernabilidad, seguridad y servicios públicos.
¿Qué le deparará a Claudia Rivera para los próximos tres años a la espera de que en el 2024 puede regresar a la escena pública apostándole a la desmemoria de los poblanos quienes les dejaron claro el 6 de junio que fue su victoria en el 2018 fue un error con resultados terribles para la ciudad?
En lo político, Rivera Vivanco aún anhela con asumir la dirigencia estatal de Morena durante el proceso de renovación del Comité Ejecutivo Estatal que se presentará a finales de año, sin embargo, esta opción luce bastante complicada una vez que dé inició el plan de Mario Delgado de empoderar a los gobernadores con los que cuenta el partido y arranque el proceso de afiliaciones para arrebatarle el control del Movimiento a los grupúsculos que lo tienen secuestrado a la fecha.
Está claro que en el gobierno federal no tienen ninguna intención de incorporarla al gabinete ampliado o a alguna subsecretaria y mucho menos nombrarla como superdelegada en la entidad.
Tras lo visto durante su deprimente gobierno, la aún edil bien podría convertirse en líder de los muchos ambulantes que dejó que se instalaran en el Centro Histórico, sus zonas aledañas y en el resto de la ciudad.
Con sus pobres discursos y sus planes faltos de ideas, Clau, como le gusta que le digan, sería perfecta para liderar a los comerciantes informales que solapó a cambio de las millonarias cuotas y derechos de piso que terminaron en sus bolsillos y del séquito de hampones que la acompañaron en su corrupta administración.
Ahora que, si el ambulantaje no es lo suyo, Rivera Vivanco podría lanzarse como gurú o coach de políticos primerizos para poner en práctica tantas intervenciones y constelaciones que le impartió el fantoche de Roberto Zatarain.
La alcaldesa que vivirá sus últimas 24 horas en el Charile Hall sería una excelente influencer al estilo Bárbara de Regil dedicada al empoderamiento y al gaia como la alumna más avanzada de Zatarain Leal, quien ya está buscando residencia cerca de la aldea hippie de Bragg Creek, en Alberta, Canadá, para continuar con sus viajes astrales con sustancias de dudosa procedencia.
Si Claudia no quiere seguir los pasos de su pareja sentimental, tiene la posibilidad de abrir un despacho de abogados que representen a acosadores sexuales como Andrés García Viveros, pues se hizo experta en defender causas perdidas como lo fue su “hermanito”, a quien defendió a ultranza a pesar de la denuncia hecha por Karina N, víctima del impresentable analfabeta que cogobernó con la edil morenista, que pasarpa a la memoria de la Angelópolis como la peor de la historia.
En este mismo bufete jurídico, Rivera podría ofrecer plazas laborales chuecas como las 100 bases que otorgó en los días resientes para sus amigos, familiares y amantes de sus allegados.
Pero si los asuntos legales no es lo suyo, la alcaldesa puede debutar en el ramo inmobiliario como bróker, ya que su patrimonio oculto incluye una serie de residencias en la Vía Atlixcayotl, Lomas de Angelópolis y Atlixco.
También lo haría bien como agente de viajes pagados con recursos públicos para todos aquellos funcionarios que quieran hacer turismo con cargo al erario como ella lo hizo en su primer año de gobierno en lugar de ponerse a trabajar para lo que fue votada en el 2018 por más de 200 mil poblanos.
Lo que es un hecho es que a lo que se dedique Claudia Rivera en los próximos años nadie la va a extrañar como presidenta municipal ante la rampante corrupción de su gobierno, su simulación de una administración honesta e incluyente y su fakeminismo.
Una de las lecciones que se queda es que si Puebla capital sobrevivió a la pandemia de Rivera Vivanco puede sobreponerse a cualquier problema.
Suena a chiste, pero es anécdota.
Al final se acabó la tragicomedia llamada Claudia Rivera Vivanco.
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