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El fracaso de los “peces gordos” de Morena en Puebla

2historias reportero

En tremendo ridículo quedaron los “liderazgos” (sí, entrecomillado) de Morena en Puebla al no juntar ni 25 mil firmas de las casi 140 mil que se necesitaban para alcanzar el 3 por ciento del listado nominal del estado para solicitar al INE la realización de la consulta de revocación de mandato del presidente Andrés Manuel López Obrador.

A pesar de ser uno de los bastiones de AMLO, las vacas sagradas del lopezobradorismo en la aldea no alcanzaron ni el 20% de la cifra estimada para que la entidad cumpliera con su cuota para que el Instituto Nacional Electoral tenga luz verde para organizar la controversial consulta.

Una de las muchas lecciones que dejaron las elecciones intermedias del año pasado en la entidad fue que la estructura territorial del Movimiento Regeneración Nacional en Puebla está fracturada y en crisis, pues, sin la intervención del grupo del gobernador Miguel Barbosa, la derrota del partido lopezobradorista se hubiera extendido también al interior del estado.

Morena en Puebla vive una crisis aguda y una división interna bastante severa, provocada en buena medida por el canibalismo y ambiciones descontroladas de sus “vacas sagradas” como Ignacio Mier, Alejandro Armenta, Claudia Rivera, Alejandro Carvajal, Edgar Garmendia y Carlos Evangelista Aniceto.

La falta de disciplina, las conspiraciones en contra de Barbosa Huerta desde el interior de su propio partido y la soberbia de sus líderes han colocado a Morena como un partido sin rumbo en Puebla y con serios problemas de organización rumbo a los comicios en los que se refrendará o no la oportunidad de que la izquierda se mantenga por otro sexenio al frente del poder en el estado.

La recolección de firmas para apoyar la consulta popular de la revocación de mandato de López Obrador, que es la principal obsesión del presidente, terminó por desnudar la falta de operación territorial de los odiadores del Miguel Barbosa.

¿En dónde quedó la estructura que tanto presume Alejandro Armenta a diario en redes sociales, en las que se vive ufanándose de realizar asambleas e instalaciones de Comités de Defensa de la Cuarta Transformación en toda la entidad?

El ahijado de Mario Marín ya debería entender que regalando arbolitos y libros plagiados no se ganan lealtades ni se conforma un ejército electoral que le sea útil en su sueño guajiro de ser el abanderado de Morena en el 2024.

¿Cuál fue el trabajo que hizo el “poderoso” coordinador de los diputados federales morenistas, Ignacio Mier, para sacar adelante la consulta que tanto le interesa a su jefe?

¿No se supone que por eso el impresentable Enrique Doger se sumó a su precampaña para organizarle reuniones vecinales en la ciudad de Puebla y en Atlixco para sumar todas las firmas posibles a la causa de AMLO?

El fracaso de la recaudación de firmas terminó por demostrar que el proyecto de Mier Velazco está apenas en pañales al carecer de una estructura territorial, electoral y de movilización propia que le alcance para apenas y soñar con la candidatura de Morena al gobierno del estado y ya ni se diga en una elección local.

Nacho Mier no solo chocó ante sus paupérrimos números de conocimiento e intención de voto, sino que, quedó claro que no cuenta con un grupo capaz de sostenerlo como un aspirante serio que soporte una campaña a nivel estatal, por más que sume a marginales como Leobardo Rodríguez, Alejandro Carvajal, Carlos Evangelista, Julieta Vences, Inés Parra o Aristóteles Belmont, que son unos buenos para nada.

¿Qué decir de Claudia Rivera y su séquito de infames que aún la acompañaron hasta finales de año en sus desangeladas reuniones en diferentes municipios del estado?

Rivera Vivanco aún no logra recuperarse de la humillante derrota del 6 de junio del 2021 en la que se ratificó que su triunfo en las urnas tres años antes fue por el arrastre del Tsunami lopezobradorista y a pesar de ello existen algunos obnubilados que insisten en colocarla con opciones para pelear por la candidatura de Morena en caso de que se opte desde lo nacional que sea una mujer la que represente al partido en el 2024.

La ex alcaldesa carece de cualquier tipo de red de operadores, que no logró crear a su paso por la Comuna capitalina, y ya ni mencionar al interior del estado en donde se supone que su madre, Eloísa Vivanco Esquide, tiene más presencia.

No está demás mencionar que las figuras de López Obrador y de Miguel Barbosa son las únicas que sostienen a Morena en Puebla, ya que la presencia del partido, como lo demostró la colecta de firmas, es fantasmal o nula.

El 2021 dejó claro que la marca ni la imagen del presidente de la República ya no son suficientes para sacar adelante una elección.

Si el Movimiento Regeneración Nacional y sus “peces gordos” piensan que van a ir a un día de campo en los próximos comicios que mejor lo vayan pensando dos veces.

Armenta, Nacho Mier y Claudia ya es hora de que muestren un poco de disciplina, dejen las grillas baratas y se pongan a trabajar por su partido si planean representar sus colores y siglas dentro de tres años.

Vaya vergüenza para el presidente que los morenistas de Puebla solo le aportaron 23 mil 355.

De pena ajena.

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