López Obrador: juego, set y partido
“Una pelota a la vez…hasta el último punto”, es una de las frases más recurrentes del tenis, pero esta vez encaja perfecto para describir el cierre del sexenio de Andrés Manuel López Obrador.
Un cierre inédito en el que “el ciudadano” demostró que el sexto año puede ser el más poderoso que los cinco anteriores.
Ningún presidente en la era moderna del sistema político mexicano terminó tan empoderado como lo está haciendo López Obrador.
El “last dance” del tabasqueño quedará escrito con letras de oro en la historia del país.
“Una pelota a la vez…hasta el último minuto”.
Y vaya que AMLO jugará hasta el último segundo que durará su gobierno.
Como si fuera el pineapple trophy de Wimbledon, el tabasqueño al fin puede presumir en su galería de triunfos la aprobación de la Reforma Judicial, que marcará un antes y un después para México y su República.
El último galardón que le faltaba en pleno ocaso de su sexenio.
El presidente de México, quien está 18 días de dejar de serlo, se retira invicto y sin que la oposición le haya podido, si quiera, arrebatar un punto.
Tal vez sí, en el 2021 cuando la oposición, en un intento desesperado por frenarlo, consagraron una alianza antinatura entre el PRI y el PAN con el único objetivo, que cumplieron, de arrebatarle la mayoría calificada en la Cámara de Diputados.
Sin los votos necesarios, el lopezobradorismo no pudo sacar adelante la Reforma Electoral, además de que el “Plan B” fue tumbado por el pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Ahí fue justo el momento en el que Andrés Manuel ajustó sus saques, sus remates y su defensa para lograr amarlo todo, como así sucedió, el pasado 2 de junio.
Morena no solo ganó en las urnas, aplastó a la oposición y la redujo a un chiste mal contado.
(Ver el histriónico posicionamiento de Marko Cortés, quien le hizo un involuntario homenaje a Silvia Pinal, desde la tribuna del Senado de la República dibuja de pies a cabeza lo que es el líder de la oposición en México).
Con el respaldo de 36 millones de votos, Andrés Manuel López Obrador jugó su último juego, el más anhelado de su sexenio, para demostrar que su altura política está a kilómetros de distancia del de los últimos presidentes quienes hoy viven fuera del país.
“Estamos en un momento estelar de la historia de México”, afirmó el presidente en su habitual Mañanera, tal vez la que más disfrutó de todas, de este miércoles, apenas unas horas después de que el sospechoso menos común, Miguel Ángel Yunes Márquez, hijo de su muy odiado Miguel Ángel Yunes Linares, le diera el voto que le hacía falta en el Senado para aprobar las reformas al Poder Judicial.
“Se va a avanzar mucho cuando sea el pueblo de México quien elija a los jueces”, dijo sobre la reconfiguración del sistema legal en México (…) Vamos a dar un ejemplo a México y al mundo. Estoy muy contento porque se va a lograr la renovación del Poder Judicial”, fueron las palabras que coronaron el último gran juego de AMLO.
¿Cuántos presidentes pueden presumir tanta felicidad al final de sus sexenios?
López Obrador logró todo lo que se consiguió.
No cogobernó con la oposición, es más, la ignoró durante seis años.
Hizo los cambios estructurales que se propuso.
Logró la aprobación de todas sus reformas.
Arrancó, a pesar de todos, sus grandes obras como la Refinería Dos Bocas o el Tren Maya.
Y, lo más importante, le entregó el bastón de mando a la candidata que él impulso desde el primer minuto en el que portó la banda presidencial en el 2018.
Una pelota a la vez.
Hasta el último punto.
Juego, set y partido.