Algo muy turbio y perverso está sucediendo en torno a Ignacio Mier, el aspirante más desbocado de Morena en la carrera por la candidatura al gobierno del estado en el 2024.
El expriista está demostrando que en su obsesión por convertirse en el abanderado del partido lopezobradorista en Puebla está dispuesto a aliarse a los políticos más impresentables del estado y quienes mancharon de una forma irreparable y atroz al servicio público.
Mier Velazco apuesta a la corta memoria del electorado poblano.
¿Quién en su sano juicio puede pensar que Tony Gali es un perfil para presumirse como una nueva adhesión o simpatizante de la Cuarta Transformación o del presidente Andrés Manuel López Obrador?
Cuando concluyó su minigobierno de 20 meses, uno que se caracterizó por el desvío de recursos públicos y una desbordada e indignante corrupción, Gali Fayad alcanzó el 80% de rechazo y tuvo que poner tierra de por medio ante las múltiples carpetas de investigaciones abiertas en su contra.
José Antonio solo se atrevió a regresar a territorio poblano una vez que Miguel Barbosa falleció en diciembre del año pasado.
La alianza que ahora Nacho Mier hizo oficial con Gali solo termina por confirmar que al legislador poco le importa atropellar los principios lopezobradoristas en sus sueños guajiros de convertirse en gobernador de Puebla.
Para Mier el lema lopezobradorista de “no mentir, no robar y no traicionar al pueblo” no vale nada.
Y es que, Moisés Ignacio olvida que AMLO fue uno de los principales enemigos de Rafael Moreno Valle y de todo lo que su grupo representó para Puebla y para la administración pública del país.
Al parecer, Mier ya olvidó que López Obrador tildó a Gali como “títere de Moreno Valle” y alguien quien no aprovechó su oportunidad de “pintar su raya” con el siniestro el exmandatario.
“Gali tiene que actuar con rectitud en esta elección, nada de que va a estar ahí de mapache electoral apoyando a la esposa de Moreno Valle, porque eso no lo vamos a permitir. Tiene oportunidad Gali de pintar su raya y de ser respetuoso de la voluntad de los poblanos. Es terrible que pase a la historia como un títere de Moreno Valle. Tiene oportunidad para reivindicarse y garantizar que es una elección limpia. Lo estamos emplazando para que tome esa decisión”, dijo el entonces candidato presidencial de Morena en una gira al estado en febrero de 2018.
Por su supuesto que el pacto con Tony Gali es una gran traición a los poblanos, quienes en el 2018 y después en el 2019 dejaron claro que no querían nunca más algo similar al morenovallismo.
Pero la suma del exgobernador de Puebla no es el único atropello a las premisas que López Obrador recuerda a diario.
Nacho Mier también miente al no respetar al acuerdo de unidad en torno a la figura del gobernador Sergio Salomón Céspedes al que la militancia morenista llegó durante la visita del líder nacional de Morena, Mario Delgado, a la ciudad de Puebla hace apenas una semana.
El expriista sigue con su estrategia de llevarle las contras al actual mandatario poblano, al igual que cuando fue ungido como gobernador sustituto en la noche del 14 de diciembre, desde el Congreso del estado a través del irrelevante G5 que comanda su hija Daniela Mier.
Mier es un mentiroso contumaz al ofrecer una supuesta unidad al gobernador Céspedes e, incluso, trabajo colaborativo desde la Cámara de Diputados a favor de su gobierno, pero en lo privado seguir con sus afrentas, como lo hacía en la administración barbosista, contra el inquilino de Casa Aguayo con Carlos Evangelista Aniceto, Iván Herrera, Angélica Cervantes y Yolanda Gámez.
Cómo olvidar que algunos de estos legisladores de medio pelo se ufanan de ser la casta más pura de Morena en Puebla y como los verdaderos fundadores del Movimiento lopezobradorista en la entidad y ahora se unen a los herederos de Morneo Valle, quien fue, hasta el día de su muerte, un tenaz enemigo de López Obrador.
Su incongruencia es notable.
Como lo hemos mencionado en otras oportunidades en este mismo espacio, Mier Velazco es la peor ofensa contra todo lo que representa el lopezobradorismo en México.
Tanto luchar por acabar con el régimen morenovallista para que el expriista ahora intente revivirlo y todo por una obsesión de poder.
El morenonachismo es una vergüenza para Morena.