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Tiempos de guerra

La coyuntura extraordinaria por la que transita el mundo desde hace dos años, no podía estar completa sin una guerra de proporción espectacular como la que ha cimbrado en Ucrania. Más allá de las meras especulaciones, teorías de la conspiración, alarmismos y…
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La coyuntura extraordinaria por la que transita el mundo desde hace dos años, no podía estar completa sin una guerra de proporción espectacular como la que ha cimbrado en Ucrania.

Más allá de las meras especulaciones, teorías de la conspiración, alarmismos y rumores descabellados que apuntan hacia -nuevamente -el fin del mundo, lo sobresaliente del momento que vivimos a nivel global es que, como ya hemos escrito anteriormente en este espacio, vivimos una época inusitada.

La memoria gráfica nos hace ver que de vez en vez, cada cierto tiempo (probablemente cada cien años), las circunstancias se acomodan para que en el mundo sucedan catástrofes, enfermedades, hambrunas, crisis económicas y por supuesto guerras.

Nuestra generación, entonces, será recordada como aquella que tuvo que sortear la pandemia de la COVID, seguida de una de las recesiones económicas más catastróficas desde la Gran Depresión, aunada a todas aquellos obstáculos o situaciones bizarras que el mundo ha venido soportando desde hace años, como por ejemplo, la elección de Donald Trump en presidente de los Estados Unidos.

A esto hay que agregar ahora una guerra, cuyas dimensiones aún no parecen claras, pues más allá de lo dramático que le imprimen a la invasión rusa en Ucrania fenómenos como las represalias que anuncian las potencias del mundo en contra del país de Putin, las declaraciones del papa y la resonancia de la Organización de las Naciones Unidas (que para el caso sirve de adorno), lo cierto es que un enfrentamiento bélico entre Rusia y Estados Unidos no puede tomarse a la ligera.

A este momento de incertidumbre se debe añadir contrariedades propias del mundo en qué vivimos como el cambio climático, la pobreza de las naciones tercermundistas y en fin, una marabunta de problemas de entre las que vale la pena destacar esa otra guerra, la que venimos librando desde hace por lo menos diez años en México y que aquí nos ha generado un costo altísimo: la guerra contra las drogas de la que pocos en el mundo hablan y que arroja como saldo al menos 300 mil muertos.

No cabe duda que vivimos tiempos interesantes, tiempos difíciles y ahora encima de todo, también vivimos tiempos de guerra.

Dicen que cuando los chinos quieren maldecir, le desean a sus enemigos «tiempos interesantes». Sin duda alguna los «tiempos interesantes» que vivimos, nos dan el dudoso privilegio de ser testigos de primera fila de esta inusual época.

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